El Carnaval y la oportunidad de ser para los mayorcitos

Desde hace no mucho, la sociedad lucha por erradicar de sus costumbres adjetivos como gordo, negro, feo o viejo. A pesar de eso, esas construcciones sociales aún condicionan la vida de muchos y, en especial, de muchas. Por eso, gran parte de la oferta (ropa, servicios, espacios, etc.) no alcanza a toda la demanda. Hoy en día, el Carnaval va cediendo a esta tendencia, y los adultos mayores van encontrando en él una única oportunidad para liberar ese karma que no sabe de años, medidas, colores, o tamaños, solo de la alegría de poder ser.
En ese contexto, y por estos pagos, muchas mujeres adultas mayores, aunque con tan anacrónicos como naturales excesos y carencias, aún conservan intactos sus encantos, y su ánimo todavía rebosa de ganas. Gracias a eso, ellas conquistaron sus espacios, algunas pocas en la división mayor de las tres comparsas, y otras en propuestas alternativas algo menos exigentes.
Así fue que estas mujeres, ocultas en robustos miriñaques, o con bodies al cuerpo, lograron su lugar en las estructuras de SiSi, K’rumbay y Samba Verá. Tal es así que, para ser reina, hoy ya no es necesario tener 20 años.
Pero la demanda crecía y un par de lugares en una comparsa no alcanzaban a satisfacerla. Entonces llegó la respuesta: Grandiosas, y la propuesta fue creciendo año a año. Un espacio para ellas donde liberar sus ganas, una oportunidad en la cual desplegar sus encantos, sin más exigencias que compartir y contagiar alegría. Aunque sin plumas, ni ostentosas carrozas, esta comparsa de mujeres, solo con glamour y pasión, fue ganándose su lugar entre el públco y en el calendario carnestolendo.
Lo mismo parece haber ocurrido en la vecina ciudad de Enrique Carbó, donde un numeroso grupo de adultos, bajo el nombre de The Star, La Estrella en inglés, ya ha ganado su lugar de aquel lado del río Gualeguay. Aunque sin Corsódromo, ni grandes comparsas, esta “gente grande” a sabido crear una glamorosa propuesta. A diferencia de Grandiosas, donde predominan las mujeres casi con exclusividad, en The Star participan hombres y mujeres por igual, componiendo una elegante propuesta.
Ahora bien, más allá de las conquistas y los avances, estas propuestas no dejan de ser miradas de reojo por muchos y muchas, lo cual indica que todos se embanderan en la inclusión y los derechos de la boca para afuera, ya que no comprenden de qué se trata.
Muchos aún desconocen cual es el sentido de que, por ejemplo, una persona mayor, sin importar su tez, facciones, o si tiene o no panza, pueda “salir en el Carnaval”, sea el de Gualeguay o el de Carbó.
Aún falta comprender que no son locos, ni extravagantes, ni necesitan demostrarle nada a nadie, sino que son simples veteranos de la vida que aprovechan esas pocas oportunidades que les da “lo establecido” para liberar sus ganas de vivir, compartirlas con el mundo, y gozar de esa libertad dejando claro que aún están tan vigentes como cualquier otro.
Son gente grande que pueden desplegar tanta alegría como cualquier joven décadas menor, y pueden contagiarla al público aún más, pues los años les dan la autoridad necesaria para ello.
Comprender esto tal vez tribute a su aceptación y respeto, y, solo tal vez, ayude a ampliar la oferta dándole a los adultos mayores más de estas oportunidades. Ellos las desean y las merecen, así como lo desea y merece la comunidad, pues los jóvenes de hoy serán los veteranos de mañana.
Norman Robson para Gualeguay21