El deporte, los juegos y los niños
El deporte y los juegos representan un papel fundamental en la vida de todos los niños, niñas y adolescentes, y tienen el potencial de influir positivamente en su desarrollo físico, emocional, intelectual y social, y aparecen reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño.
El artículo 31 de la Convención establece “el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad”. Estos derechos también están presentes en nuestras leyes nacionales, siendo el Estado el principal actor responsable de garantizar su cumplimiento.
El deporte –desde el juego y la actividad física hasta el deporte organizado y competitivo– es una herramienta poderosa para avanzar hacia el cumplimiento de los derechos del niño. UNICEF aprovecha el potencial del deporte y la recreación dentro de sus programas en diversos países, con el fin de promover el acceso de los niños y niñas a campos deportivos y contribuir al cumplimiento de este derecho. El deporte además promueve que los chicos aprendan a pensar críticamente y a emplear su criterio para solucionar problemas. Esas actividades incentivan el sentido de la amistad, la solidaridad y el juego limpio. También estimulan el compromiso, la auto superación y el respeto por los demás, fortalecen la confianza, propician el liderazgo y desarrollan habilidades de afrontamiento y la capacidad de trabajar en equipo. No menos importante, el deporte, la recreación y el juego enseñan a los niños y niñas a hacer frente a las dificultades, y los preparan para asumir papeles de liderazgo y convertirse en individuos responsables y útiles a su comunidad. Por todas estas razones el deporte puede funcionar como una herramienta de inclusión social. Es por esto que, dentro del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, se creó la Subsecretaría de Responsabilidad Social que cuenta con una coordinación específica sobre deportes. Esta secretaría, ha desarrollado varias iniciativas que promueven la inclusión social, la no discriminación y la resolución pacífica de conflictos, algunas de ellas con el apoyo de UNICEF.
Pero el deporte, además de ser un derecho, es una gran oportunidad para que desde distintas instituciones (tanto públicas como privadas) se avance en promover otros derechos y generar mecanismos de detección de vulneraciones, se difundan mensajes de interés social, y, hasta incluso, se generen recursos económicos para apoyar programas de inversión social. Los ejemplos son muchos. Una de las iniciativas que mejor interpretan esta fusión entre deporte, derechos y movilización de recursos es el Fútbol Comunitario para la Participación (FUCoPA), que se llevó adelante en 2012 y 2013 en municipios de Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes con el apoyo de los gobiernos provinciales y municipales, UNICEF, Estudios y Proyectos y Fundación Arcor que a su vez aporta recursos financieros. A través de esta alianza público-privada, FUCoPA buscó fortalecer las habilidades de los chicos para la construcción de una vida sin violencia, que asegure su desarrollo y promueva la participación, la resolución pacífica de conflictos y la equidad de género. FUCoPA, a través de su metodología innovadora, propone una manera distinta de jugar al fútbol, con reglas consensuadas por los jugadores. Desde que comenzó el proyecto, los encuentros FUCoPA en los municipios permitieron detectar distintas vulneraciones de derechos como chicos que no tenían documentos de identidad, que habían abandonado la escuela o que eran víctimas de maltrato, violencia o trabajo infantil.
Este año, nuevas provincias han solicitado incorporar FUCoPA dentro de las políticas públicas reconociendo el atractivo convocante de la herramienta y su capacidad tanto para detectar vulneraciones de derechos como para abordar problemáticas complejas.
A lo antes dicho, también corresponde agregar el gran número de iniciativas y oportunidades que ofrece el deporte. Distintas manifestaciones deportivas, como partidos, competiciones y torneos nacionales e internacionales, y la pasión y magnetismo que provocan a través de sus deportistas y sus ídolos, son otros espacios valiosos para captar el entusiasmo de un gran público y orientarlo hacia temas sociales. Si se unen fuerzas, entre las asociaciones deportivas y clubes, deportistas, medios de comunicación y periodistas deportivos, con organizaciones sociales, actores gubernamentales y el sector privado, tendremos un vasto campo de acción para trabajar distintas problemáticas relacionadas con los niños y niñas. Lograr prácticas deportivas al alcance de cada niño, orientadas por adultos capacitados y en espacios adecuados, es un anhelo que sólo se podrá alcanzar trabajando en conjunto, entre todos.
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