El desafío de este Día Internacional para la Reducción de Desastres
Siendo que los desastres, muchos de los cuales se han agravado con el cambio climático, generan un impacto negativo en el desarrollo sostenible y en los resultados deseados, la Asamblea General de la ONU, en 1989, decidió designar el 13 de octubre como “Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres” con el propósito de concienciar a los gobiernos y a la opinión pública para que tomen medidas encaminadas a minimizar los riesgos. Este año se apunta a mejorar los sistemas de alerta temprana sobre amenazas múltiples y de información de cara al 2030.
De ese modo, este día también se plantea como una oportunidad para reconocer los avances logrados hacia la prevención y la reducción del riesgo de desastres y de la pérdida de vidas, medios de sustento, economías e infraestructura básica, de conformidad con el acuerdo internacional en ese sentido.
A partir del anuncio realizado por el Secretario General de la ONU, António Guterres, en marzo último, sobre que “las Naciones Unidas encabezarán una nueva acción para garantizar que cada persona de la Tierra esté protegida por sistemas de alerta temprana en un plazo de cinco años”, este año, el Día Internacional se centrará en la meta G, que busca incrementar de forma considerable la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana sobre amenazas múltiples y de la información y las evaluaciones sobre el riesgo de desastres transmitidas a las personas, y el acceso a ellos, para 2030.
La edición de 2022 se llevará a cabo durante la revisión de mitad de período de la aplicación del Marco de Sendai, la cual concluirá con una declaración política en una reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en mayo de 2023. Cabe recordar que el objetivo principal del Marco de Sendai es evitar la creación de nuevos riesgos y reducir los existentes. Pero cuando eso no es posible, los sistemas de alerta temprana centrados en las personas y la preparación pueden permitir una acción temprana para minimizar el daño a las personas, los bienes y los medios de vida.
En lo doméstico, este día debería servir para reflexionar sobre el grado de prevención con que cuenta nuestra ciudad y la provincia en cuanto a la ocurrencia de desastres. El nivel de respuesta que tiene Gualeguay frente a cataclismos climáticos o siniestros de envergadura, en términos de defensa civil, atención de la salud, orden y seguridad, deberían ser cuestiones a abordar tanto en las escuelas como en las instituciones intermedias, en especial frente a este ciclo de La Niña que ya anuncia un fenómeno El Niño de igual intensidad. Para esto basta recordar las inundaciones de 2007, el tornado de 2010, los choques múltiples en nuestras rutas, el incendio se Soychú y los incendios forestales de la actualidad.
Gualeguay21