El dolor y la soberbia son como el agua y el aceite
O uno o lo otro
Luego del sonado artículo de la semana pasada, del cual comentó toda nuestra comunidad, hoy por la mañana se explayó quien fue víctima del mismo, el mismísimo Vittulo. Y, como corresponde a sus antecedentes, negó absolutamente todo en un confuso tono de dolor y soberbia.
Exacerbando los tonos y los tiempos, matizando con vocalizaciones quebradas, el Senador refutó uno a uno cada uno de los argumentos expuestos por Enz en el Semanario Análisis, tanto los falsos como los ciertos, todos por igual.
En la charla, Vittulo se presentó ante la sociedad como una pobre víctima injuriada que hoy, por culpa del infame periodista, se ve comprometido en su honor y en su pasar.
Se mostró como un hombre de trabajo, que se ha sacrificado por su comunidad, y que hoy es injustamente vapuleado por la desagradecida sociedad.
Se expuso dolido por una injusta situación que él no se merece.
Pero al mismo tiempo se mostró altanero e inflexible a la hora de reconocer errores, enumerando sus créditos y sindicando rápidamente responsables de acciones injuriosas.
Al mismo tiempo se mostró soberbio sosteniendo una posición caprichosa para no ceder en su falso orgullo.
Se sabe que cuando hay dolor, indefectiblemente hay una revisión interna autocrítica, cuando hay dolor cierto desaparecen los caprichos y las poses soberbias y se le da lugar a los cuestionamientos.
¿Entonces? Es uno o lo otro.
Pero el tema no da para más. El Senador tiene su futuro asegurado y nosotros, gracias a él, estamos en el horno, lo cual a nadie le importa mientras la torta se prometa suculenta.
Solo nos queda trabajar y rezar. Rezar por que se acabe de una vez por todas esta casta de falsos omnipotentes y surjan políticos genuinos bienintencionados.
Norman Robson para Gualeguay21