Emoción e indignación en la bienvenida a Martínez
En la tarde de hoy, cientos de gualeyos, en familia o en grupos de amigos, comenzaron a concentrarse en el monumento al Inmigrante para recibir a Lisandro Martínez, el hijo de Gualeguay flamante campeón con la selección argentina. Solo por fortuna, no se lamentó ninguna fatalidad, ya que la irresponsable desorganización generó tal desorden que se puso en peligro a la multitud presente. Si bien no logró opacar la emoción y la alegría, hubo mucha indignación.
A las 15 horas de este domingo, tal cual lo previsto, en el acceso sur a Gualeguay ya esperaba a Lichi la autobomba de Bomberos Voluntarios, convocada por la Municipalidad, para pasearlo por casi toda la ciudad. Alrededor de la unidad se fue amontonando la gente. Así fue “organizado” por la Dirección de Deportes municipal, a cargo de Ricardo Lupi. Rápidamente, la multitud copó la cinta asfáltica, entorpeciendo el tránsito regular, en ambas manos, en lo que es la única vía de entrada o salida hacia y desde el puente Pellegrini, el sur provincial y Buenos Aires.
Al no haber ningún orden, los autos que llegaron hasta el lugar pasaban por donde querían y se estacionaban donde podían, mientras que los cientos de personas fueron generando un desorden de regulares proporciones, donde las ruedas de los camiones y vehículos circulaban a centímetros de niños y niñas embanderados en celeste y blanco. Tal fue el caos, que, varias veces, en la única y estrecha mano permitida por la multitud, se enfrentaron vehículos, paralizando así el tránsito.
Fue en esos casos que la propia gente fue quien debió ordenar el paso de unos y otros hasta descomprimir la caótica situación, la cual se extendió durante casi toda la espera. Mientras ocurría todo esto, periodistas locales y de afuera transmitían en directo describiendo el inconcebible cuadro generado por la desorganización y la ausencia de orden.
En este marco de desorden, llegó hasta el lugar Lichi Martínez a bordo de un Chevrolet blanco. Este vehículo era conducido, irresponsablemente entre la multitud, por el propio Director municipal, a una velocidad imprudente, y sin mirar por donde iba. Fue tan así que “tocó” a varias personas, incluido este cronista, y casi golpea la propia autobomba de Bomberos. Esto se puede apreciar en los videos.
Una vez arriba de la unidad, Lichi, visiblemente agotado, y acompañado por su padre, firmó camisetas y saludó a la multitud, mientras la autobomba se abría paso como podía entre la gente eufórica, hacia el perverso recorrido pretendido por la “organización”. La idea era ir desde 5 Esquinas hasta la Estación, de allí hasta el Ombú, luego por San Juan hasta 25 de Mayo, y de allí hasta la Terminal, para, por último, volver por San Antonio hasta la plaza Constitución.
Este programa olvidó que el jugador, en las últimas 15 horas, había salido Campeón de América, había viajado miles de kilómetros, y había pasado por Ezeiza con sus compañeros. Tal vez fue por eso que el jugador no pudo terminar el recorrido, y mucha gente se quedó esperando su paso en las veredas de calle San Antonio, o en la plaza Constitución.
Lo cierto es que, al salir del monumento del Inmigrante, Lichi ya había cumplido con Gualeguay, y su pueblo había hecho lo propio con él. Lo que resulta imperdonable es haber pretendido someterlo a tan extenuante circuito, tan imperdonable como fue la caótica desorganización general del evento, para la cual no se convocó a Tránsito, ni a la Policía, y se dejó todo librado a la suerte.
Ahora bien, lo más curioso de todo esto es que, el día anterior, se reunió el Comité de Crisis para abordar la situación sanitaria, a la vez que se prorrogaron las restricciones vigentes que prohíben los eventos, las reuniones familiares y los encuentros sociales. Mientras las fuerzas vivas y las autoridades sanitarias y políticas debatían sobre la ocupación de camas, los contagios y las muertes por covid, la Dirección de Deportes organizaba la bienvenida a Lisandro Martínez.
En las inmediaciones del Inmigrante los comentarios coincidían en que la multitudinaria bienvenida era tan merecida como inevitable, a la vez que no fueron pocos los que se preguntaron si entre tanta gente ocupada y preocupada por la ciudad, nadie pudo prever esto, y si el o los responsables se harán cargo del desatinado hecho.
Video: https://fb.watch/v/2aoFoitsH/
Gualeguay21