Gualeguay: Tierra de bandas al amparo de la Justicia
En las últimas semanas, el accionar de dos bandas delictivas ha conmocionado a Gualeguay, pero, si bien la Policía actúa y las desbarata, la Justicia no ha podido resolver el problema. Por ejemplo, la banda de las extorsionadoras pronto cumplirá su prisión preventiva, y, a nadie sorprendería, que vuelvan las amenazas y demás aprietes. Por otro lado, el cabecilla de la banda de robos rurales fue detenido otra vez, pero tampoco extrañaría a nadie que vuelva a salir en libertad.
Se trata de dos bandas ya famosas, cuyas víctimas se cuentan por docenas, y cuyos integrantes llevan años amparados por la buena suerte de nunca quedar presos.
Una es la banda de las extorsionadoras, liderada por una madre y sus dos hijas mellizas, e integrada por un grupo de hombres, mujeres y transexuales, quienes, últimamente, mantenían amenazadas a sus víctimas para que no denunciaran. A partir de unos allanamientos, la Policía logró detenerlos, y secuestrar elementos que, junto a los testimonios, probarían su participación en los delitos, pero la Justicia los dejó en prisión domiciliaria, o en libertad, y las víctimas siguieron sufriendo los apremios.
Finalmente, la Justicia local se dignó a dictar su prisión preventiva, pero la misma vence el próximo 18 de septiembre, y todos temen que queden en libertad, y que vuelvan los ataques y amenazas.
La otra es la banda de robos rurales que viene, desde hace años, desbalijando propiedades del interior distrital de los departamentos Islas, Gualeguay y Gualeguaychú. Luego del último hecho, unos allanamientos permitieron a la Policía detener a algunos de los integrantes y secuestrar elementos que los comprometerían. Días después, también se capturó al cabecilla, pero la Justicia decidió dejarlo en libertad.
Finalmente, la Justicia libró una nueva orden de captura para el cabecilla, quien ya está nuevamente preso en Jefatura.
Ahora bien, frente a esta situación, en plena campaña electoral, con la repercusión en la prensa, y con la presión de ruralistas, la Justicia de arriba habría “instruido” a la Justicia local resolver el caso de la banda de delitos rurales, aunque no el de las extorsionadoras, ya que las víctimas son gente común. Según trascendió, la Justicia trabajaría para probar que esta banda es una asociación ilícita, y, de ese modo, todos los miembros quedarían procesados.
Art. 210: “Será reprimido con prisión de tres a diez años el que tomare parte en una asociación o banda de tres o más personas destinadas a cometer delitos por el solo hecho de ser miembros de esa asociación”. Para imputar esto a los miembros de la banda, la Justicia deberá probar que cada uno fue parte de la misma a partir de los testimonios, de los rastros encontrados en los hechos, de los peritajes a una veintena de celulares, y de cualquier otro elemento.
Por último, la banda de las extorsionadoras, con sus frondosos antecedentes en narcomenudeo, en préstamos ilegales, en estafas y en simples robos, podría, o debería, seguir el mismo camino. Sobran testimonios, documentación y celulares para ello. Solo sería necesario que la Justicia local quiera, o que la Justicia de arriba así lo ordene.
Norman Robson para Gualeguay21