Incendio de Soychú: Saldos de una jornada trágica
Desde hora temprana, y hasta entrada la noche, innumerables dotaciones de bomberos, llegadas de toda la provincia e, incluso, de Buenos Aires, trabajaron incansablemente para apagar el incendio de la planta de Frigorífico de Aves Soychú, en la ciudad de Gualeguay. Al cierre de la jornada, a partir de distintas averiguaciones, se pudo elaborar una idea del saldo dejado por tan nefasto siniestro. Las consecuencias que podría tener el voraz incendio en la empresa y en la sociedad gualeya.
Según distintas versiones, el fuego se habría iniciado a partir de las tareas de mantenimiento que se estaban realizando en el equipo de congelado por impacto, conocido como GiroFreeze. Se habla de que una chispa de soldadura podría haber encendido restos de grasa y estos habrían alcanzado la cinta transportadora, de material plástico. Afirman, también, que se habría intentado apagarlo, primero, con dos matafuegos, y, al no lograrlo, habrían llamado a los bomberos, quienes, al llegar, echaron agua.
De este modo, el incendio, que primero consumió el edificio ubicado al frente de la planta, entre la administración y las plataformas de carga, rápidamente alcanzó, por un lado, hacia la izquierda, parte de la administración, el depósito de cajas, y el esviscerado, mientras que, por el otro lado, y hacia atrás, el fuego consumió casi todo el complejo de depósitos de frío y parte de la playa de carga. Si bien la planta se encontraba en plena operación, afortunadamente, todo el personal pudo abandonar la planta sin problemas.
Luego se llegar al lugar las primeras dotaciones de Bomberos Voluntarios de Gualeguay, y comprobar la complejidad del incendio, y la rapidez con que avanzaba hacia el resto de la planta, se pidió la colaboración de cuarteles de toda la provincia, quienes respondieron de inmediato. Las primeras unidades de respaldo que llegaron fueron de General Galarza y Ceibas, y luego se sumaron Colón, Concepción, Nogoyá, Ubajay, y Paraná, entre otras de la provincia y el norte de Buenos Aires. Al anochecer, una vez apagado el incendio, se pudo apreciar a las distintas dotaciones rendidas de cansancio junto a sus unidades, agotados por la denodada tarea.
Si bien no se tenían datos ciertos al cierre de la jornada, los daños conocidos podrían significar una pérdida del orden del 60 o 70 porciento de la planta, la cual, también según trascendidos, estaría asegurada en toda su dimensión y en todos sus procesos productivos. De este modo, el siniestro sólo afectaría temporalmente a la firma nacida en Gualeguay.
En lo que se refiere a los trabajadores, la nómina completa se encuentra protegida, tanto de ésta como de cualquier otra contingencia. Sea cual sea el grado de daño, sea lo que sea que se tarde en retomar las operaciones, sea lo que sea que pase con la planta, su salario está garantizado. Aunque sin los premios que supieran tener, sin lugar a dudas, los empleados de la firma seguirán cobrando regularmente. Por lo pronto, se pudo saber que ya están citadas, a primera hora de mañana, las cuadrillas de mantenimiento para trabajar en los distintos sectores afectados.
Ahora bien, más allá de todos estos detalles, este trágico siniestro dejó un amplio abanico de incertidumbres en la sociedad gualeya, en especial entre los más cercanos a la empresa, tanto respecto del control del fuego, como del futuro de la planta y sus trabajadores.
Por ejemplo, una vez terminado todo, en lo que hace a la magnitud del incendio, muchos se preguntaban cómo era posible que no se haya podido detener el fuego durante las primeras horas, siendo que las normas y procedimientos que alcanzan a construcciones y procesos industriales hoy cuentan con estrictos protocolos de seguridad, en especial para casos de incendio. A pesar de que todo se desató en pleno día operativo, con el personal dentro, con un completo cuartel de bomberos a pocos minutos, y con otras unidades que no tardaron en llegar, el avance del fuego fue incontenible a lo largo de horas y horas.
Por otro lado, respecto del futuro de la planta, muchos recordaban el trascendido, tiempo atrás, sobre que existía una intención dentro de la propia mesa directiva de la empresa respecto de mudar las operaciones locales. Según aquellas versiones, habría existido en parte del directorio la idea de levantar la planta local y concentrar todo en Salto, Provincia de Buenos Aires, mientras que otra parte se resistía a esa idea, y mantenía la conveniencia de estar instalados en Gualeguay, ciudad donde nació la empresa hace unos 60 años.
Por último, más allá de que el tradicional frigorífico avícola de la ciudad retome su actividad en ese lugar, o lo haga en otro sector de la ciudad, tal vez más propicio, o, directamente, lo haga en otra ciudad, todos coincidieron en que, gracias a Dios, no se lamentaron víctimas de ningún tipo, y que esta trágica experiencia debería servir para profundizar las políticas de control del fuego.
Norman Robson para Gualeguay21