Justicia de género: Dos casos cuestionan la veracidad de los peritajes sicológicos
Días pasados, en el Gran Buenos Aires, un hombre fue absuelto luego de tres años preso por abuso sexual gracias a unas fotos que demostraron que en ese momento estaba en otro lado, mientras que, semanas antes, en Córdoba, otro hombre había sido absuelto después de un año preso gracias a la confesión de su denunciante sobre que había sido consensuado. Éstos hechos demuestran que los juicios por cuestiones de género no se resuelven por lo que establece el derecho penal, sino por criterios sicológicos, ya que, en los procesos, los peritajes psicológicos definen injustamente las sentencias.
En 2018, un policía de Quilmes fue detenido por haber violado a su vecina. Según la denuncia, en la noche del 15 de diciembre de 2018, el hombre, como de costumbre, le quiso alcanzar comida para los perros que ella tenía, pero esta vez la tomó con fuerza, la arrastró hacia su terreno, y, dentro de una casa rodante que había en el predio del policía, la violó.
En el juicio, el Juez apreció como creíble el relato de la víctima, y que podía ser que haya sucedido tal cual ella denunció, ya que se registraron lesiones físicas y los peritajes psicológicos aseguraron que la joven tenía rasgos coherentes con el trauma, que no fabulaba, y que su relato era coherente y creíble.
Pero, después, aparecieron unas fotos del acusado, del mismo día en que se había cometido el crimen, pero en la fiesta de egresados de su hija. En éstas el hombre posaba junto a su hija y su esposa, en la sociedad de fomento La Carolina, ubicada a ocho cuadras de donde habían tenido lugar los hechos. Los testimonios de las dos fotógrafas del evento confirmaron que estuvieron tomando imágenes durante el transcurso de la fiesta, mientras que los peritajes descartaron que las fotos hubieran sido modificadas.
Por otro lado, semanas antes, un caso similar había ocurrido en Villa Dolores, donde un hombre de 45 años fue absuelto después de haber estado preso un año. El 4 de octubre de 2021, había sido detenido, acusado por abuso sexual con acceso carnal, privación ilegítima de la libertad calificada, coacción y amenazas continuas. Pero, después, la mujer que lo había denunciado se retractó y afirmó que las relaciones habían sido consentidas.
A pesar de su declaración, el Juez tuvo dudas, ya que la perito psicóloga dijo primero que la mujer decía la verdad, luego que no le creía la retractación. De ese modo, el hombre estuvo preso hasta que la denunciante se retractó en el juicio.
Sin lugar a dudas, estos juicios deberían haber sido resueltos conforme al derecho penal, y no a criterios psicológicos, ya que fue un tremendo error que se haya privado de la libertad a individuos a partir de dudosos dictámenes sicológicos, y sin despejar toda duda de sus autorías, violando así sus derechos a la presunción de inocencia y a un juicio justo.
Gualeguay21