Justicia: Penas muy leves para una banda policriminal

Una banda señalada por sus variados delitos estaba cumpliendo prisión preventiva mientras avanzaba su causa en la Justicia. Finalmente, hubo acuerdo entre delincuentes y la Justicia, en sendos juicios abreviados, y se cerró la causa. De los nueve involucrados, uno solo cumplirá su pena como Dios manda: en la cárcel. El resto lo harán en su casa o en libertad. El insólito sistema que aplica la Justicia para beneficiar a algunos delincuentes.

En julio pasado, una banda fue noticia por sus múltiples delitos. Fue tratada como una banda policriminal por la diversidad de sus crímenes, que fueron desde narcomenudeo hasta estafa y extorsión, muchos vinculados al culto umbanda. Desde entonces, si bien gozó de cuestionables beneficios de la Justicia, ésta se vio obligada a dictarles a sus cabecillas prisión preventiva, la cual cumplieron de forma domiciliaria.

La razón por la cual se conoció esta banda fue por sus violentas amenazas contra quienes fueron sus víctimas y denunciaron su accionar. Pero dos de ellos ya tenían una causa por narcomenudeo. Esta banda estaba dirigida por una mujer de 53 años y sus hijas mellizas de 23, llegadas a Gualeguay desde Santa Fe en 2010. Junto a ellas, estaba la pareja de una de las mellizas, un policía, un colombiano, una docente y dos travestis.

Entre los muchos delitos por los cuales se ha acusado a esta banda se encuentran la prostitución infantil y convencional, el robo y el hurto, la estafa mediante préstamos ilegales, la extorsión, las amenazas, y la distribución minorista de drogas, todo agravado por el uso de la violencia.

Esta semana, a partir de los acuerdos alcanzados entre delincuentes, abogados y la Físcalía, los primeros reconocieron sus delitos, o algunos de éstos, en el marco de sendos juicios abreviados, y recibieron penas que no solo le dejan gusto a poco a sus docenas de víctimas, sino que las vuelve a poner en peligro.

De este modo, la pareja de una de las mellizas, sobre quien pesaba, también, una causa de narcomenudeo de enero de este año, acordó el cumplimiento efectivo de prisión en la Unidad Penal local por 5 años.

Por otra parte, la cabecilla de la banda, aceptó una pena de 3 años de prisión efectiva, pero de cumplimiento domiciliario, en su casa, al igual que a sus dos hijas mellizas, quienes acordaron 2 años y 8 meses, aquella involucrada con su pareja en el narcomenudeo, y 2 años y 6 meses la otra.

Por último, el resto de los miembros de la banda: el policía, el ciudadano colombiano, la docente, y los dos travestis, aceptaron una pena de 2 años de cumplimiento condicional, en libertad.

Insólito

La Justicia local, desde hace un tiempo hasta esta parte, viene abusando de ciertos vericuetos de la ley para beneficiar a algunos sospechosos imputados y delincuentes condenados. Se trata de la prisión domiciliaria, la cual significa mandar al sujeto a cumplir la pena de prisión preventiva o efectiva en su casa, pero sin dispositivos electrónicos, porque no hay.

Lo insólito de esta política judicial es que, para congraciarse con los delincuentes, obliga a la Policía a retirar efectivos de la lucha contra la inseguridad y destinarlos a controlar el cumplimiento de las distintas medidas.

Tal es el abuso de este recurso judicial que, en la actualidad, la Policía tiene para “cuidar” en sus casas una nómina de más de 20 condenados a prisión domiciliaria. Para cumplir con ésto, una comisión debe visitar los domicilios 3, 4 y 5 veces al día para constatar que los bendecidos presos estén allí. Lo indignante de ésto es que, entre ronda y ronda, viven en libertad.

Norman Robson para Gualeguay21