4 octubre, 2024 6:38 pm
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La doble vara que mete preso a un nadie y deja libre a un alguien

El más sabio de los poetas del Río de la Plata, el oriental Eduardo Galeano, con su poesía Los Nadies definió al segmento más vulnerable de la sociedad, pero lo que señala el uruguayo en esa genial obra es esa miseria humana de despreciar a los más pobres, entendiendo que no importan en el concierto social porque no tienen medios. Éstas son las historias de un nadie que hoy está preso solo por ser nadie, para que nadie reclame, y la de un alguien con medios que casi siempre zafa y queda libre. Historias que dejan al desnudo las dos varas de la Justicia: aquella con que juzga a los nadies y aquella con que juzga a los álguienes, en particular si tienen medios.

Juan Antonio tiene 29 años, está casado con Patricia, con quien tienen 6 hermosas criaturas, de entre 4 y 13 años, y se hicieron cargo de una hermanita de ella de 15 años. La vida de esta familia era normal: él trabajaba de albañil y de alguna changa, mientras ella cuidaba una señora mayor. Su casa está junto a las de otros familiares, ahí en continuación La Paz al fondo, en el Viejo Matadero. Él es de Boca, pero la pasión que comparte con su pareja es por sus hijos. Una vida típica de nadies, hasta que un día lo metieron preso y no lo soltaron más.

Lenin Yohan es colombiano, tiene unos 34 años, varias “novias”, un exitoso “negocio” de venta de muebles y un muy buen pasar, pero ya es bien conocido por la Justicia en cuestiones de abusos y violencia de género. Tal es así que ya cumplió una condena y tiene dos procesos listos para ir a juicio. Pero ahi están.

Mientras que Juan Antonio nunca tuvo una entrada en la Policía, ni siquiera una multa de tránsito, a Lenin Yohan, en mayo del 2020, lo conderon por haber encerrado en su casa a su expareja, haberle pegado, haberle prometido matarla si contaba algo, y, para reafirmar aquella amenaza, haberle gatillado un revólver en la cabeza. Pero en un juicio abreviado, él reconoció los cargos, acordó una condena a 3 años de prisión condicional, y, luego de prometer que iba a hacer terapia, se fue a la casa.

Pero eso no sería todo, pues meses después, el 27 de diciembre de 2022, encontraron tirada en un descampado del Viejo Matadero a Brenda, de 16 años, intoxicada, violada y abandonada. Todo apuntaba contra Lenin Yohan, hasta quedó detenido, pero, a pesar de que un allanamiento a su casa resultó positivo por drogas, en marzo de 2023, menos de tres meses después, volvió a recuperar su libertad.

En síntesis, la Justicia de Gualeguay tramita, desde hace tiempo ya, dos causas contra Lenin Yohan, las cuales, de resultar culpable en alguna, la pena debería cumplirla de forma efectiva. Lo curioso es que éstas dos causas son anteriores a la de Juan Antonio, quien espera su juicio encarcelado.

Pero eso tampoco sería todo, ya que, aparte de todo ésto, Lenin Yohan también está vinculado al caso de la banda de créditos truchos, extorsión y narcomenudeo que, curiosamente, tiene similares impunidades, y un mismo trato benevolente de parte de la Justicia local. Tal es así que la banda sigue operando aunque algunos están cumpliendo prisión domiciliaria, otros, como el primo de Lenin Yohan, libre con prisión condicional, y un chivo expiatorio preso efectivo.

Ahora bien, éstas historias se cruzan el primero de septiembre de 2023, cuando, Juan Antonio, citado a declarar en una denuncia de violación contra su sobrinita de 7 años, hija de la hermana de Patricia, repentinamente quedó preso en Jefatura, acusado de haber sido el autor. La pequeña víctima y sus dos hermanitos viven con su mamá en el barrio 150 viviendas, del otro lado de la ciudad, donde ésta mantiene una relación frecuente con Lenin Yohan y otros ocasionales “amigos”.

Desde aquella mañana, casi diez meses atrás, Juan Antonio nunca más volvió a su casa. Con prisión preventiva, la que se debe dictar por temor a que entorpezca la investigación o se pueda fugar, pasó ya unos 6 meses en Jefatura, donde atravesó una apendicitis, fue operado, y otro preso le sacó los puntos, mientras que ahora lleva más de tres meses en la Unidad Penal N°9 de Gualeguaychú.

Lo curioso de esta preventiva es que, según afirman desde la Justicia, el mismo preso es quien las habría acordado en las sucesivas audiencias, aunque no sabe leer, ni sabe escribir, ni ha tenido defensas fiables, mientras que sus familiares ya debieron cambiar varias veces de abogado.

Mientras Juan Antonio sufre ese sospechoso encarcelamiento, y Lenin Yohan vive su vida en libertad, la Fiscalía asegura tener la causa del abuso a la niña bien armada. En una Cámara Gesell realizada a la criatura, ésta lo señala a Juan Antonio como el autor del abuso, mientras que, por parte de la defensa, sorprende que los distintos abogados nunca produjeran prueba alguna en su favor, y ésta así fue elevada a juicio.

Hasta acá, este caso vuelve a desnudar la existencia de las dos varas con que la Justicia local procede: Una vara con la cual rápidamente encarcela a unos, y otra con la que no encarcela a otros. Ahora bien, en el afán de saber más sobre éste supuesto crimen, y esclarecer sus curiosidades, Gualeguay21 entrevistó a familiares, conocidos y vecinos, diálogos a partir de los cuales surgieron varias cuestiones.

Por ejemplo, habría testigos sobre las condiciones en que vivía la pequeña víctima, y lo expuesta que estaba a múltiples hombres que visitaban a su madre, mientras que Juan Antonio nunca tuvo la oportunidad de cometer ese crimen, ya que solo ha tenido un contacto ocasional familiar en el marco de alguna visita, y el propio de llevar a la pequeña víctima y a sus hermanitos mayores a la escuela en la moto de la madre, como lo hacía de favor. Más allá de eso, se desprende de lo averiguado que también habría impresiciones en torno a las descripciones brindadas por la niña.

Pero lo más llamativo de toda la información recabada sería lo ocurrido en la provincia de La Rioja, en ocasión de una visita de la pequeña víctima y su familia a la abuela Mariela, madre de la mamá, en enero pasado. En esa oportunidad, la niña habría confesado que no había sido el tío Tica (como ella le decía a Juan Antonio) quien le había hecho daño, sino el “novio de mamá”, pero que si decía la verdad la madre tendría problemas. Aquello habría sido denunciado en aquella ciudad por la propia abuela el mismo 22 de enero a las 22:30 horas.

Del mismo modo, y no menos preocupante, es lo que también se pudo saber sobre que el Copnaf y la escuela habrían recibido denuncias sobre que la víctima y uno de sus hermanitos aún estarían sufriendo abusos de distinto tipo. Incluso habría imágenes sobre eso.

Por último, a pesar de la relevancia de todo lo expuesto, y de otras denuncias realizadas por familiares de Juan Antonio descartadas y archivadas por la Fiscalía, poco y nada de todo esto estaría en el expediente. De ser así, Juan Antonio no debería estar preso.

Así es como los nadies del Viejo Matadero esperan, esperanzados en que llueva a cántaros la justicia, pero la justicia no llueve. Galeano terminó aquella poesía diciendo que los nadies “cuestan menos que la bala que los mata”, mientras que a mi se me antoja pensar que valen menos que la tinta con que redactan sus condenas, esas que los matan en vida.

Norman Robson para Gualeguay21

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