La política no es proteger ni empoderar a las mujeres, es someter a los hombres
Así resulta de lo ocurrido en Concordia, donde a días de crearse el área municipal de Masculinidad, dependiente de la Secretaría de Salud, para atender a hombres adultos que denuncien ser víctimas de violencia intrafamiliar practicada por su pareja, ya se puede apreciar la reacción de sectores políticos y feministas atacando la medida y pidiendo la cabeza de todos los involucrados. Esto desnuda que la intención que impera no es imponer equilibrio e igualdad en favor de una convivencia pacífica, sino empoderar a las mujeres por sobre los hombres, lo cual en nada contribuye a una justa y pacífica convivencia.
Según informaron los medios concordienses la semana pasada, la creación del Área de Masculinidad en esa comuna tiene por objetivo atender a hombres adultos que denuncien ser víctimas de violencia intrafamiliar practicada por su pareja. En ese sentido, entendieron que existen numerosas organizaciones que velan por la no violencia contra la mujer, pero no existen organismos del Estado que protejan al hombre cuando es víctima en un contexto de violencia.
Para la Municipidad de Concordia, los casos de violencia de género que tienen como víctima a mujeres son muy divulgados en los distintos medios de comunicación, especialmente desde la última década, teniendo en cuenta los diversos logros que se han dado a fin de una igualdad de género respecto al sexo masculino, como también prevenir y combatir la violencia contra las mujeres, pero como tienen registrados numerosos casos donde es al revés, creyeron necesario crear un ámbito donde se puedan atender esas situaciones y se pueda contener al hombre acompañándolo con asistencia legal y la protección tanto física como psicológica.
En ese sentido, desde la comuna explicaron lo difícil que es para un hombre poder llegar a realizar una denuncia por violencia o maltratos, por la vergüenza cultural que ello acarrea, puesto que se los identifica históricamente con el sexo fuerte. Al mismo tiempo, señalaron que el hombre, por ser hombre, sufre la falta de apoyo jurídico, puesto que no existen leyes que protejan específicamente al sexo masculino en casos de violencia propiciada por la mujer, a la vez que debe lidiar con los problemas de credibilidad, ya que cuando el hombre víctima de violencia va a hacer la denuncia, suelen llevar su situación con vergüenza.
Ahora bien, a pesar de todo eso, hoy se supo que organizaciones civiles de distinto tipo rechazaron la creación de esa área porque “genera un retroceso en el sentido mismo de violencia y, en particular, de violencia de género”, a la vez que “institucionaliza la violencia de género”, y ningunea e invisibiliza la problemática de mujeres y disidencias violentadas y asesinadas de manera sistemática”. Del mismo modo, sostuvieron que la medida “banaliza, minimiza y contraría el sentido mismo de la Ley Nacional de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones”.
En el mismo sentido, también afirman que todo esto “alimenta la confusión y tergiversación de la problemática de la violencia de género”, y que “busca borrar el gran problema social que significa la violencia de género, silenciar los reclamos, minimizar los daños que producen las múltiples violencias machistas en nuestro país y la región”, mientras que “obstaculiza las pocas herramientas, recursos y dispositivos técnicos, económicos y físicos que hoy en día tiene el mismo Estado a disposición para atender las problemáticas de género”.
De este modo, la disputa deja a la vista que no se busca un equilibrio y una ecuanimidad en las relaciones, ni se busca reemplazar el patriarcado por una relación compartida, ni se busca pacificación alguna, en un marco de justicia y derecho constitucional, sino que se busca imponer una supremacía femenina que reemplace el patriarcado por un matriarcado, en un marco de derecho y justicia para la mujer y no para el hombre.
En otras palabras, esta corriente feminista de las políticas de género no pretende proteger y empoderar a las mujeres para equilibrar sus relaciones con los hombres, e igualar sus derechos y oportunidades en un marco de paz y justicia, sino que pretende empoderarlas por sobre la justicia y el estado de derecho, para poder así someter a los hombres. Esto jamás permitirá una sana y pacífica convivencia entre mujeres y hombres, mientras que sí mantendrá a la sociedad inmersa en un continuo y violento enfrentamiento, el cual servirá de distracción para el poder de turno.
Norman Robson para Gualeguay21