Lucio y Fernando: Las justicias e injusticias que dejaron sus procesos
En enero de 2020, en una ciudad de la costa atlántica, una banda de jovencitos atacó y mató a golpes a otro jovencito. En noviembre de 2021, en La Pampa, una pareja de dos mujeres abusaron sexulamente del hijo de una de ellas y luego lo terminaron matando. Por estos días, todos los responsables de uno y otro crimen quedaron condenados conforme a la ley y ya están cumpliendo sus penas. Pero, más allá de éstas condenas, hay muchos “partícipes” que “zafaron” de estos procesos, mientras que los silencios buscan un olvido que hace posible que todo pueda volver a pasar.
Quiénes son participes. Según la ley, el “partícipe primario o necesario” es “el que presta una ayuda sin la cual no se podría cometer un delito”, mientras que el “partícipe secundario no necesario” es aquel que “prestare cualquier otra ayuda no necesaria” para cometer el delito. Dicho de otra forma, uno es aquel que hizo algo que, si no lo hubiera hecho, el crimen no se habría consumado, mientras que el otro es aquel hizo algo que, si no lo hubiera hecho, el crimen se habría consumado igual.
Ahora bien, los crímenes de Lucio y Fernando tuvieron una gran cantidad de partícipes, y muchos de éstos fueron primarios o necesarios, y ninguno de éstos parece ser considerados por la Justicia Penal. Un montón de gente que, si no hubieran hecho lo que hicieron, o hubiesen hecho lo que debían, a Lucio y a Fernando no les habría pasado lo que les pasó.
Ambos procesos, si bien su difusión mediática logró saciar la sed de morbosa venganza de toda una sociedad, los mismos no lograron hacer una justicia completa, procesando a todos los culpables, ni lograron nada que contribuya a que no haya nuevos Lucios, o nuevos Fernandos. El circo mediático armado en torno de los dos juicios sirvió para concentrar en la cabeza de éstos diez energúmenas y energúmenos toda la culpa de una problemática que va mucho más lejos que éstos crímenes.
Por ejemplo, partícipes necesarios son los agentes sanitarios, educativos, de seguridad, y de justicia de Santa Rosa, que, junto a los vecinos, fueron indiferentes a lo que estaba atravesando Lucio. En especial la jueza y su estructura que le quitaron la víctima al padre y se la entregó a sus victimarios. Si esta gente no hubiese actuado con indiferencia, y hubiese hecho lo que debía, no hubiese habido crimen.
Por ejemplo, partícipes necesarios fueron los agentes de seguridad y de justicia de Zárate, y sus vecinos, que, conociendo el accionar de esa banda, similar al que le costó la vida a Fernando, no hicieron absolutamente nada, y, también, fueron participes necesarios los responsables del boliche, los agentes de seguridad y los espectadores que, frente al hecho, no hicieron nada para impedirlo. Si esta gente no hubiese actuado con indiferencia, y hubiese hecho lo que debía, no hubiese habido crimen.
Por último, tenemos como partícipes secundarios a aquellos que, aunque no participaron del crimen, su accionar facilitó que ocurriera. Dentro de este universo se encuentran todos aquellos que, sabiendo que casos como el de Lucio y el de Fernando ocurren con demasiada frecuencia, no hacen nada para que estos no ocurran, y, encima, guardan silencio tomando distancia de lo que ocurre. Se trata de todos los responsables políticos de todo el espectro, quienes, en su afán de desligarse de su culpa, no han dudado en rasgarse las vestiduras por estos crímenes.
Mientras no se exponga a todos los responsables impunes en éstos y en tantos otros crímenes, mientras no se tome consciencia de ésto, y no se corrija lo que hay que corregir, éstos crímenes seguirán ocurriendo.
Norman Robson para Gualeguay21