Masiva marcha de docentes autoconvocados por su cuenta

La situación económica apremia a la masa docente estatal, al igual que al resto de los sectores públicos, y todos coinciden en que no da para más. Gualeguay no es indiferente a eso, y sus docentes decidieron marchar en reclamo por salarios dignos y decentes. Pero, más allá de eso, la sorpresa en el día de ayer miércoles fue que hubo dos convocatorias de reclamo: una de Agmer a media mañana en San Antonio y 9 de Julio, y otra de autonvocados por la tarde noche, en la Plaza Constitución. Ahora bien, lo que sorprendió sobremanera fue el contraste entre el poco acompañamiento al gremio y la populosa marcha espontánea por fuera del mismo.

La invitación de Agmer fue a las 11 horas, y al punto de encuentro, en el centro de la ciudad, acudieron poco más de medio centenar de personas. Hicieron ruido, cortaron un poco la calle San Antonio, y el titular, Vladimir Firpo, se dirigió a los presentes manifestando el rechazo a la oferta del Gobierno Provincial, a los magros salarios, y al bono en negro. Pero el plato fuerte fue a la nochecita. Casi medio millar de docentes, sin identidad gremial o política, coincidieron en la esquina noroeste de la Plaza Constitución.

Unos detalles: No había caras conocidas, no había una cabeza, nadie quería hablar. No había organización, sino que era una movida absolutamente horizontal y espontánea. Solo la necesidad de manifestarse, de reclamar, y de hacerlo por fuera del gremio. Si bien muchos estaban afiliados, dejaron claro que no se sentían representados por la gremial, mientras que quienes no lo estaban, se quejaron por un aporte solidario que los obligan a hacer.

El reclamo, en sí, fue el mismo de unos y de otros, de los primeros y de los últimos, pero está lejos de ser esa la noticia. Ésta vez fue que, sin aparato alguno, sin movilidad política de tipo alguno, en una comunidad tibia como Gualeguay, más de 450 personas concurrieron espontáneamente a reclamar por su situación laboral, y explícitamente por afuera del gremio.

Foto: Movilización Agmer

Una lectura

Si bien hace mucho tiempo que Agmer dejó de ser representativa de los docentes, la realidad política sostenía su hegemonía, y nadie existía por fuera de ella. Es más, frente a la creciente fuga de afiliados, el gremio logró inventar un renglón por el cual cobrarle a los desafiliados. Ahora bien, tal vez debido al nuevo orden nacional, o, tal vez más aún, debido al final de 20 años de supremacía peronista, lo cierto es que hoy los docentes se animaron en masa a desafiar a Agmer y movilizarse por la suya.

Sea cual sea la causa o el origen de este sorpresivo desequilibrio en el orden gremial, es indiscutible que el poder del gremio dejó de ser el que era. De una masa aproximada de 2500 docentes, solo alrededor de 60 respondieron a la convocatoria de Agmer, y más de 450 a la de los autoconvocados. En otras palabras, hoy, ya no quedan dudas de que el gremio dejó de representar el sentir docente, o, por lo menos, los docentes así lo consideran.

Todo ésto, en una ciudad normal, debería provocar, por lo menos, algunas reacciones. Una sería que, confirmado que una gran mayoría no se sentiría representada por la gremial, y frente a una posible desafiliación en masa, las autoridades del gremio tomen la iniciativa, abran el juego a nuevos actores, y replanteen todos juntos su política gremial. Caso contrario, no sería extraño que los autoconvocados salgan a juntar firmas y en breve formen una gremial propia.

Sea como sea, hoy quedó al desnudo una crisis de representación que debe ser resuelta por los docentes, unidos, o por separado, pero sin olvidar la importancia, la necesidad y la conveniencia de contar con un gremialismo moderno y, sobre todo, representativo y comprometido con sus representados.

Norman Robson para Gualeguay21