Municipalidad dice concientizar en lugar de inspeccionar
El inspector, en la función pública, y en el mejor español, es aquel funcionario que es responsable de examinar, investigar, y vigilar el cumplimiento de las normas vigentes. Así lo es en el mundo, menos en Gualeguay, donde hoy la noticia (oficial) es que “el Cuerpo Único de Inspectores refuerza la concientización de medidas”, cuando su función es imponer su cumplimiento, con multas y clausuras, tal cual establece la ordenanza de creación. “La gente se nos muere y ellos colocan cartelitos”, dijo, indignado, un vecino.
“Desde el comienzo de la pandemia, el Cuerpo Único de Inspectores a cargo de Sebastian Schaumann, tiene como finalidad concientizar a cada uno de los gualeyos con el objetivo de cumplir los puntos básicos de prevención sanitaria”, dice la noticia oficial, ignorando la verdadera función del cuerpo, y replica el discurso del principal responsable de la situación que atravesamos.
“El cumplimiento de ello en los comercios se debe a este tipo de acompañamiento, al buen trato que se ha generado en este tiempo”, publican que dijo Schauman, y, si lo hizo, miente alevosamente, al igual que lo hace si dijo que, “en líneas generales, los comerciantes están aplicando el protocolo muy bien, más allá de algunos casos puntuales”, ya que quienes recorremos la ciudad sabemos que los comercios, áreas de servicios y de producción apenas si cumplen con alguna norma, gracias a que nunca, en casi 15 meses, se los visitó para imponer su cumplimiento.
Como si eso fuera poco, de acuerdo a la información oficial, el funcionario deslindó su responsabilidad diciendo: “el objetivo principal es que todos seamos responsables, cuidando las actividades y, por supuesto, lo sanitario”, mientras que la nota señala que “se continúa con el trabajo de reforzar las medidas de bioseguridad en distintas zonas de la ciudad, concientizando sobre el uso de tapabocas, el distanciamiento social, la higienización de las manos”, y adelanta que “en estos días”, recién, “se está realizando un relevamiento de protocolos en talleres y gimnasios”, cuando su aplicación debería estar garantizada a través de sus inspecciones.
En este sentido es válido remarcar que su deber como funcionario público no es la “prevención sanitaria” en la comunidad, como refiere en la nota, sino la “protección sanitaria” de los ciudadanos, como refiere la ley.
Por último, cabe recordar que Gualeguay es una ciudad de Alto Riesgo, que suma diariamente innumerables contagiados, que tiene su terapia desbordada con lista de espera, y que lleva acumulados más de 60 muertes, incluido un intendente. En ese contexto, indiferente a la realidad que nos atraviesa, la Inspección General tiene la desfachatez de ser noticia diciendo que, después de casi 15 meses de pandemia, concientiza a la ciudadanía con cartelería, cuando debería haber impuesto, desde un principal, explotando todos los recursos a su disposición, el cumplimiento de las ordenanzas y los decretos del gobierno local.
Norman Robson para Gualeguay21