Nuestros niños y su acceso a la información
A partir de las TICs, en las últimas décadas, se ha ampliado enormemente el universo de información al alcance de todos, en particular de los niños, pero este beneficio trajo aparejadas diferentes calidades de información, entre las cuales algunas tienen intenciones encubiertas y otras, directamente, son mal intencionadas. ¿Qué preparación tienen nuestros niños frente al peligro que representa la información sesgada, subjetiva o tergiversada con malicia?
Según los datos surgidos de un nuevo informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, basado en una encuesta a alumnos argentinos de 15 años que participaron de la última prueba PISA, si bien la mayoría de estos estudiantes recibieron formación sobre las consecuencias de la información en redes, los resultados en términos de aprendizaje no conformarían y se encuentran lejos de los niveles del hemisferio norte.
Por ejemplo, de este trabajo se desprende que solo 4 de cada 10 aprendieron a detectar sesgos o subjetividades en la escuela, mientras que, en los países de la OCDE, en promedio, son más de la mitad los que reconocen haber recibido esta formación en la escuela. Esta proporción, en países como Australia, Canadá, Dinamarca y Estados Unidos, supera el 70 porciento.
Del mismo modo, del informe surge que, al indagar sobre la oportunidad de aprender habilidades de alfabetización digital en la escuela, un 65 porciento de los estudiantes argentinos señalan que en la escuela aprendieron cómo decidir si confiar o no en información de internet, a la vez que un porcentaje similar afirman haber reflexionado en la escuela sobre las consecuencias de compartir públicamente información online en redes como Facebook o Instagram.
De todos modos, el informe revela que esta proporción es más alta entre los estudiantes de los países de la OCDE, con un promedio mayor al 75 porciento, y con valores superiores al 85 porciento en países como Reino Unido, Japón y Australia.
Por último, el trabajo consigna que más del 56 porciento de los estudiantes argentinos afirman que la escuela les brindó oportunidades de aprender a comparar diferentes páginas web y evaluar la información, y casi el 49 porciento aprendió a utilizar palabras clave cuando usa un buscador como Google, mientras que, a pesar de que pasan, en promedio, unas 35 horas a la semana conectados a internet, casi el equivalente a la semana laboral promedio de un adulto, solo un 29 porciento aprendieron a detectar engaños para obtener información personal o spam en sus correos electrónicos.
“Los sistemas educativos con una mayor proporción de estudiantes a los que se les enseñó cómo detectar información sesgada en la escuela y que tienen acceso digital en el hogar tienen más probabilidades de distinguir los hechos de las opiniones en la evaluación de lectura de PISA, independientemente del PBI per cápita del país”, sostienen desde OCDE.
Gualeguay21