Poco de expo y mucho de feria
Nuestra tradicional exposición rural, siempre acompañada de una muestra comercial e industrial, se ha ido desdibujando a través del tiempo para convertirse en una sencilla feria que solo tiene de rural el nombre de la entidad que la organiza.
Así lo testimoniaron algunos de los pocos expositores del palo, siete en total, ante las pocas visitas recibidas en esta 51° muestra comercial y 68° exposición de reproductores, coincidiendo con aquellos que visitaron la expo en busca de animales y se vieron defraudados por la poca presencia ganadera.
En contraposición con todo esto, la gran presencia de kioscos al mejor estilo La Salada, de puestos de artesanos y de juegos infantiles, junto a algo de la oferta comercial local, completaron el marco ferial del evento.
Los aciertos de la excelente jornada de charlas específicas que colmaron el salón de la entidad y de los juegos ecuestres no lograron contrarrestar la ausencia de atractivos, sean estos de maquinarias, solo dos de Pla, de productos, solo dos semillerías, o de servicios, solo cuatro stands.
Quienes gustan de este tipo de evento rural se preguntan por Agro Aéreo Gualeguay y Juan Carlos Frare, por Pitón y Cremigal, por las grandes marcas agrícolas, por las compañías de seguros, etcétera. Todos se preguntan porque no están todos aquellos que representan al sector.
Lo cierto de todo esto, más allá de las presunciones, es que la Expo local ha ido perdiendo su identidad gradualmente en las últimas ediciones, mutando de expo rural a feria, sin que esto pueda endosarse a problemas coyunturales de algún tipo, ya que la sola referencia a otras exposiciones de la provincia demuestra que estos eventos prosperan.
Tal es así, que el evento realizado en Basavilbaso, superpuesto con nuestra expo, en su décima edición convocó a más de 150 expositores y a La Mosca, Los Palmeras y el Chaqueño Palavecino en tres noches de show.
Entonces algo está pasando…
Tal vez los números sean un acierto para la entidad, pero las expectativas del sector, y de la comunidad también, podrían marcar otra cosa.
Algunos aspectos deberán ser analizados para que la comunidad gualeya recupere aquella expo abundante en maquinarias y animales, aquel evento que representaba un punto de encuentro para el sector y donde este reflejaba su potencial, y donde la población en general se daba cita para apreciarlo.
Deberán ser analizados y, a partir de las conclusiones, poner manos a la obra para recuperar aquello. No debe ser tarea fácil, pero no hay nada extraordinario que lo impida, y será para bien de la entidad, del sector y de la sociedad.
Norman Robson para Gualeguay21