Policías procesados por robos a casas: Sin lugar a sorpresas
A partir del descubrimiento de que dos policías eran los supuestos ladrones de casas que desde hace rato venían asolando las chacras de Gualeguay, el Ministerio de Justicia y Seguridad en persona se ocupó de poner rápidamente la pelota contra el piso y hacerse cargo de la difusión del caso, aclarando cuestiones y ofreciendo disculpas. Ahora bien, más allá de las buenas intenciones de esta nueva gestión, la percepción de los vecinos no cambia con palabras lindas, pues éstos no serían los primeros, sino que hay otros de distinto color y tenor, a la vez que se sospecha que estos solo serían “chivos expiatorios” de una red algo más grande y con lazos en la Justicia.
“Chocolate por la noticia”, dijo la misma vecina que también dice que “acá nos conocemos todos”, y lanzó distintas “revelaciones” al aire. Más allá de lo folclórico, hay varias cuestiones por las cuales los comunicados sobre el tema no mueven la aguja entre los vecinos.
Por ejemplo, el sospechoso preso, en tiempos de que el Comisario Schmuck era Jefe Departamental, fue enviado a impedir la llegada de periodistas a un accidente fatal camino a Puerto Ruíz, tarea que cumplió al pie de la letra y de forma algo violenta. Tan estrecho era el vínculo entre el entonces Jefe y el hoy preso que fue comisionado como albañil a la construcción de su casa particular en su pueblo.
Ahora bien, más allá de los datos y las imágenes circuladas de los personajes imputados, para quienes los conocen, resulta difícil de creer que sean ellos los autores intelectuales que planificaron y ejecutaron esta maratón de robos. Incluso hay quienes insinúan que se trató “de una terrible cama”. Por otro lado, también trascendió, a partir de todo esto, que la Jefatura departamental gualeya está bajo la lupa de las autoridades de Paraná. Ésto obedecería a la singular ocurrencia de hechos de distinto tipo que han provocado la reacción de algunos sectores.
Algunos casos
Si bien el Ministerio nunca llegó a decir nada, en el pasado sí hubo funcionarios comprometidos con la ley, y algunos trascendieron públicamente. Por ejemplo, en octubre de 2020 se descubrió que un policía era parte de una banda narcotraficante que distribuía drogas en Gualeguay, en junio del 2022 se descubrió que dos funcionarios se robaban los repuestos del depósito de vehículos secuestrados por la Justicia de la Comisaría del Sexto Distrito, Departamento Gualeguay, y, por último, en julio del 2023 se descubrió que un policía era miembro de la banda policriminal que se dedicaba a la extorsión, créditos ilegales, amenazas, etcétera. Solo por mencionar los más importantes.
Sin lugar a dudas, todo ésto no sorprende a nadie, y sí desnuda la necesidad de ajustar políticas y controles internos de la fuerza.
Pagan justos por pecadores
Más allá de estos lamentables hechos que manchan a la institución policial entrerriana, lo cierto es que la fuerza, y la gran mayoría de sus hombres y mujeres, se destacan por su compromiso y dedicación, y no merecen ser opacados por el accionar de estos delincuentes. Prueba de ésto es su desempeño en innumerables casos. Ahora bien, para librarse de estos flagelos, y que no sigan impunes o prosperando en el tiempo, es necesaria la inmediata reacción de las autoridades policiales con todo el peso de la ley, a la vez que un mayor control interno. La sociedad precisa una fuerza de seguridad confiable y efectiva, y sobran cuadros para ello, solo hay que dirigirlos en ese sentido.
Norman Robson para Gualeguay21