4 octubre, 2024 5:41 pm
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Soychú: Mientras reconstruye su planta gualeya con plata del Estado, compró otra en Crespo

Noviembre de 2021. Conferencia de prensa. “Tendrán que entender, comprender y poner el hombro para sobrellevar la situación”, consideró, compungido, Edgardo Denoni, de Soychú, respecto de su personal luego del incendio que días antes había afectado, según él mismo aseguró, el 70 porciento de la planta. Antes de terminar, también le pidió “consideración, templanza y tolerancia” a una ciudad angustiada y preocupada. A partir de estas gestiones, y gracias al sacrificio de su personal, no solo están reconstruyendo su planta, sino que, también, compraron otra planta en Crespo.

Después de que, en noviembre de 2021, el fuego arrasara con buena parte de su planta de Gualeguay, la empresa avícola Soychú, de la mano de la Diputada Rubattino, pidió al Gobierno Nacional una reunión para gestionar recursos para reconstruir su planta y recuperar, así, los puestos de trabajo. Al mismo tiempo, frente a esto, y conocido el impacto de la planta en la comunidad por su ubicación dentro de la ciudad, la sociedad gualeya comenzó a rogar a la empresa y al poder político por que se aprovechara la oportunidad para una relocalización. 

Si bien los vecinos no fueron escuchados, sí fue atendida la empresa, y, el martes 23 de noviembre de 2021, apenas 4 días después del incendio, el Presidente Alberto Fernández los recibió en su despacho de la Casa Rosada con el objeto de coordinar la asistencia frente al incendio producido en su planta de Gualeguay.

Pero los ambientalistas gualeyos no eran entonces los únicos desoídos, ya que en diciembre de aquel año, el intendente de Salto dijo que “el olor a m… era impresionante” y que a la empresa Soychú “le importa una ch…”. Denuncian que la planta de pollos está contaminando la comuna y el jefe comunal estalló y pidió a la Provincia y a la Nación que “tomen cartas en el asunto”. 

Mientras todo esto ocurría, y la empresa comenzaba a reconstruir la planta incendiada, los directivos le pedían paciencia a sus trabajadores, y un esfuerzo para “sacar la empresa adelante” trabajando en distintas plantas, propias y ajenas, a kilómetros de sus hogares. Al mismo tiempo, ambientalistas y vecinos de Gualeguay insistían ante el gobierno local, sin ningún resultado, claro está, la necesidad de relocalizar la planta. 

Ahora bien, en ese preciso contexto que sorprendió a muchos, propios y ajenos, que en junio de este año, menos de dos meses atrás, Soychú comprara la planta avícola de Sagemüller en Crespo, desde donde abastecía al mercado interno con sus pollos Óptimo. Si bien no se trata de una infraestructura como la de Gualeguay, la nueva planta de Soychú opera con un centenar y medio de trabajadores, y un sistema de galpones integrados.

A raíz de esto, las preguntas sin respuesta fueron, y siguen siendo, las siguientes: ¿Con qué plata la compraron? ¿Con la que tenían o con la que recibieron? Y si la compraron con la de ellos… ¿porqué, o para qué, pidieron plata? Más allá de éstos interrogantes, Gualeguay se queda con el consuelo de que no es la única comunidad despreciada y condenada a convivir con una planta entre sus casas.

Gualeguay21

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