Tendencias climáticas para la región
Ni Niño ni Niña
Durante la última década los indicadores oceánicos del Pacífico Ecuatorial central, han probado su validez como predictores del patrón pluvial de mediano y largo plazo en la escala regional, fundamentalmente en el sudeste de Sudamérica.
Es por eso que cuando a finales del invierno algunos modelos de pronóstico comienzan a perfilar un enfriamiento (Niña) o un calentamiento (Niño), de las aguas superficiales del océano en el área mencionado, las proyecciones del comportamiento climático a largo plazo quedan sesgadas por estos indicadores. Sin embargo, no es necesariamente cierto que el pronóstico a largo plazo sea tan elemental. De hecho hoy por hoy no es consensuada la posición de los modelos en cuanto al regreso de La Niña, no obstante la tendencia hacia un enfriamiento existe. El promedio de las anomalías del último mes se observan en el mapa.
Debe aclararse que la situación actual difiere notablemente de la que se presentaba a principios de Septiembre de 2010. Por entonces había consenso pleno del desarrollo de La Niña, la cual finalmente se produjo y con un importante impacto negativo en las lluvias del último trimestre del año, afectando principalmente al maíz. Hoy se insinúa un enfriamiento que puede consolidarse con el correr de la primavera, pero claramente no evolucionaría hacia un estado de tanta intensidad como el del año pasado. Las últimas dos semanas promediaron enfriamientos ligeramente mayores de medio grado. Para la misma fecha del año pasado, el desvío negativo de la temperatura era un grado mayor (-1.6°C).
En resumen, dado que el miedo a La Niña ya está instalado en la plaza, una estrategia conservadora impone tomar precauciones para la última parte del año. Esto quiere decir, trabajar con la posibilidad de que se concreten deficiencias hídricas en el último bimestre del año. Este escenario nuevamente pone al maíz en la picota climática, por lo cual el manejo puede ser crucial para que este cultivo tenga buena performance. En un plazo más corto, la floración del trigo sobre el este no se vería complicada por la falta de agua. Sí, el sur de Córdoba, norte de La Pampa, noroeste de Buenos Aires y sudoeste de Santa Fe tendrían más problemas con la disponibilidad hídrica. En esta zona posiblemente la soja deba sembrarse más tarde que lo habitual.
INDICADORES DE ESCALA REGIONAL
El comienzo de septiembre presenta estructuras atmosféricas que tienden a inhibir los desarrollos nubosos destacados. Esta condición estable recién tendería a cambiar en la transición hacia la segunda quincena. Previamente la circulación del norte y noreste, debe comenzar a posicionar masas de aire con mayor contenido de humedad. De otro modo el cambio será más lento y las lluvias de importancia tenderían a mantenerse en el centro este del país. Por el momento no hay previstas irrupciones de aire frío que avancen hasta el norte del país. Esto es favorable, del mismo modo que el aumento de la radiación.
El sistema climático del semestre cálido, se pone en funcionamiento en base a la geometría que se manifiesta en el aumento de las horas de sol y en base al reposicionamiento de las masas de aire húmedo. La geometría no falla, la circulación suele presentar mayor variabilidad. En ese sentido septiembre es un claro mes de transición en el comportamiento pluvial. Por el momento los sistemas precipitantes más destacados se han estacionado sobre el sur de Brasil, norte de Uruguay y sectores de Entre Ríos. Entendemos que los mismos se desplazarán hacia el oeste con el transcurso del mes, incluso con algunas lluvias llegando a Córdoba.
La clasificación de humedad en este comienzo de septiembre, define variadas posiciones en la demanda de precipitaciones, las cuales no necesariamente se adecuan al comportamiento climático esperado para el mes que corre. Modificar la clasificación de reservas en el oeste de la franja central de la región pampeana, requiere la aparición de sistemas precipitantes anómalos. Los mismos no se darían en la primera quincena y las lluvias que puedan darse en la segunda difícilmente basten para transformar radicalmente la situación actual. Otras zonas de la región pampeana o el NEA, no se posicionan en una situación que pueda considerarse crítica.
Bajo estas circunstancias las siembras tempranas de maíz deben considerarse con mucho cuidado en Córdoba y oeste sudoeste de Santa Fe, principalmente en las zonas que hoy cuentan con reservas en profundidad pero que han tenido fuertes desecamientos superficiales.
CONCLUSIONES
De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:
1. La primera quincena tendrá un arrastre del comportamiento pluvial deficitario del mes de agosto. Las mejoras llegan en la segunda quincena, insuficientes para el núcleo de la zona más seca.
2. Es posible que los mecanismos que conducen al desarrollo de los sistemas precipitantes se encuentren más activos en octubre. Esta situación se adecua a la estadística pluvial satisfactoriamente. Las zonas más secas deben poner sus expectativas en este mes.
3. El fenómeno de La Niña es incipiente, una advertencia. Si bien pueden considerarse estrategias conservadoras para el último bimestre, debe tenerse en cuenta que las proyecciones no plantean un evento como el del año pasado y las condiciones iniciales son bastante más débiles. Las lluvias deficitarias del último mes no se vinculan a La Niña.
4. Es poco probable que se den heladas en la segunda quincena de septiembre más allá del norte de BA. Las irrupciones de aire frío no serán de origen polar.
5. El riesgo de heladas tardías para el núcleo triguero del sur será analizado en el informe del mes de octubre.
BCER