Tiros por la culata
Días pasados, el intendente Erro salió al ruedo a desprestigiar a la justicia acusándola de ser servil al poder político, ya que casi todos los jueces y fiscales estaban nombrados a dedo, pero olvidó algunas cuestiones…
De alguna manera, esta reacción del multiprocesado intendente podría responder a algún amague de la justicia en lo referente a alguna de las varias causas penales cajoneadas desde hace rato, pero de lo que no caben dudas es de que lo que haya sido, lo habría superado impulsándolo a hacer semejantes declaraciones.
De no ser así, no se puede entender tamaño moco político.
¿Por qué?
Porque salió desbocado a intentar desmerecer la función de la justicia, disparando contra la legitimidad de las designaciones, pero olvidando cuestiones que desnudaron su gran ignorancia sobre el tema.
Contra el interinato judicial
Más allá de toda esta parodia, típica en el repertorio al que nos tiene acostumbrados el intendente, llama la atención que el victimizado mandatario local haya pretendido restarle mérito a las causas que obran en su contra argumentando que todos los jueces y fiscales de la justicia local estaban nombrados interinamente desde el poder político.
Más allá de que los nombramientos por concurso son absolutamente lícitos, nuestro benemérito intendente olvidó, y nadie de su séquito legal lo avivó, que los jueces y fiscales que intervinieron en sus sendos procesos judiciales fueron todos designados por concurso.
Tanto en la causa del medidor como en la del correo, en su momento actuaron la Dra. Gómez y el Dr. Elal, juez y fiscal respectivamente, cargos a los que ambos habían accedido por concurso.
En la causa restante, la de la tesorería, actuaron la misma Dra. Gómez y el fiscal Dr. Telenta, este también nombrado en su cargo por concurso.
O sea, en las tres causas en las que Erro está procesado, todos los jueces y fiscales accedieron al cargo por legítimo concurso.
O sea, si quiso restarle méritos a sus causas, el tiro le salió por la culata.
¿Y por casa cómo andamos?
Por otro lado, el Intendente también olvidó que en el ámbito municipal, el cual es de su exclusiva responsabilidad, también deben elegirse por concurso las jefaturas de área y la tan delicada Dirección de Hacienda.
Ahora bien, hay que reconocer que es lógico que lo haya olvidado, ya que a lo largo de sus gestiones, dos, nunca concursó ninguno de estos puestos, violando expresamente la Ley 10.027.
Cabe remarcar que desde que ostenta la presidencia municipal ha nombrado, por lo menos, unos veinte (20) jefes distintos de forma interina, ese método que tan estruendosamente criticó a la justicia, salvo que en su caso es incumplimiento de deberes de funcionario público.
Cabe recordar, también, que las jefaturas de departamento son cargos de carrera que deben concursarse según lo establecido en la ordenanza 1789 del año 1987, la cual define el estatuto del escalafón municipal.
En lugar de cumplir con esta ordenanza y con la Ley 10.027, Erro, con total alevosía, convirtió todos esos cargos en cargos políticos y nombró interinamente a quien se le dio la gana, sin importarle su idoneidad en la función.
O sea, Erro criticó los interinatos en la justicia, los cuales están amparados en la ley, y se olvidó que él mismo viola la ley poniendo a dedo a todos sus jefes de área.
O sea, si pretendió tener autoridad para denunciar a la justicia, le salió otro tiro por la culata.
Desconoce los procesos
Por último, Erro embistió también contra los jueces de paz, diciendo que estos también habían accedido al cargo por designación del poder político, olvidando que están nombrados interinamente porque su gestión jamás cumplió en elevar la terna correspondiente.
Cabe destacar que para el nombramiento de los jueces de paz de nuestra ciudad, el Concejo Deliberante local debe elevar la terna al Ejecutivo Provincial, algo que Erro, a lo largo de sus gestiones, tampoco hizo, ni siquiera en ésta última donde hace y deshace a su antojo.
O sea, el intendente Erro, ignorantemente, culpó a la justicia por algo que es de su exclusiva responsabilidad.
O sea, si intentó verse como conocedor del tema sobre el cual estaba hablando, nuevamente le salió el tiro por la culata.
Conclusión
A partir de todo esto, quienes siguen la tragicómica telenovela del intendente capitulo a capitulo, se preguntan para que la semejante sarta de asesores legales, para que la semejante parodia histérica, para que semejante moco político.
Erro terminó desnudando su profunda ignorancia sobre aspectos básicos inherentes a su gestión de gobierno, a la vez que descubrió su absoluto irrespeto por la ley, las normas y los reglamentos.
O sea, las declaraciones de Erro terminaron exhibiendo su profunda ignorancia y su inconcebible incompetencia…
Norman Robson para Gualeguay21