Un concurso se abre y complica al poder saliente
Después de 20 años en el gobierno, y de pasarse los negocios de unos a otros, esta vez, antes de irse, el saliente tiene que acomodar varias cuestiones, muchas en obras públicas, pero también en turismo. Allá en Concordia, pago de los últimos gobernadores, el negocio de la pesca debajo de la represa siempre estuvo en manos de amigos de aquellos, y un concurso de precios así lo iba a asegurar por unos años más, pero algo salió mal, y ahora nadie sabe que hacer. De novela.
La semana pasada, el medio Análisis Digital publicó que ya se conocían los tres oferentes que habían presentado propuestas para el concurso público de la ejecución del Proyecto de Conservación, Investigación y Turismo de Pesca Deportiva en la zona de seguridad aguas debajo de la Represa de Salto Grande, en la jurisdicción argentina.
Cabe señalar que se trata de la exclusividad en la explotación de la pesca deportiva en mil metros de río después de la represa, a minutos del centro de Concordia. Un magnífico negocio turístico: Poder pescar donde los peces buscan volver aguas arriba y se encuentran con que no pueden. Una oportunidad única que seduce a pescadores y turistas de primer nivel, de todo el mundo, que llegan hasta ahí durante todo el año.
En la nota, Análisis señala que los oferentes son el actual concesionario, un ex empleado de éste, y un tercero de afuera, quienes ofrecieron un canon anual, valorizado en litros de nafta súper de 95 octanos de acuerdo al precio vigente en las estaciones de servicio de YPF. Los primeros ofrecieron 4.500 lts. y 3.100 lts. por año, mientras que el tercero ofertó 35 mil lts. Esta diferencia despertó suspicacias y hasta sospechas entre quienes leyeron el artículo.
Ahora bien, a partir de fuentes confiables, y de otras averiguaciones, se pudo saber que dos de las tres empresas oferentes son la actual concesionaria, que ya viene siendo beneficiada por un canon más que regalado, y la recién fundada por un ex empleado de la anterior. Por otro lado, también se supo que éste último estaría acompañado en la sociedad por dos amigos de la pesca y la política, uno de ellos sería el gobernador saliente.
En síntesis, éstos dos locales y amigos de la política ofrecieron cánones absolutamente testimoniales, valores más que irrisorios comparados con las ganancias que esa actividad genera. Tal es así que el tercer oferente irrumpió, evidentemente por sorpresa, con una oferta casi diez veces mayor que las dos primeras.
La sospecha
Conocido esto, más algunas intimidades de las relaciones entre unos y otros, la apertura de ofertas desnudó quién era más amigo de quien, o quién era capaz de traicionar a quien, a la vez que todo hace parecer que un amigo de uno le contó a uno lo que iba a ofrecer el otro y éste ofreció un poquito más. O sea, una bicoca que perdería contra una bicoca y chirolas. Y así fue hasta que un tercero, amigo de nadie y que no le va a pagar nada a nadie, entró por la ventana, y ofreció un valor que nadie sabe cómo rechazar.
El problema es que ya todo se expuso, los sobres se abrieron, las ofertas se hicieron públicas, y parece que no hay forma de impugnar la mejor oferta, la cual tendría todo en regla.
Por último, también vale destacar que, según la información ofrecida por el medio paranaense, quien debe terciar en esto es la Dirección de Recursos Naturales de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, mientras que las ofertas fueron certificadas por la escribana delegada de la Escribanía Mayor de Gobierno, la Dra. Carolina Beatriz Schaab.
Norman Robson para Gualeguay21