Una banda y la Justicia apostarían juntas al olvido
Así como alguna vez la apuesta fue el olvido de, entre tantos crímenes olvidados, la muerte de Trezza, o de la desaparición de Benvenuto, o del robo a lo Lacorazza, la apuesta hoy sería olvidar a la banda policriminal denunciada por más de una docena de víctimas que sufrieron su violencia. Las amenazas cesaron, los delincuentes violan como si nada su domiciliaria, y se sumaron nuevas denuncias, mientras la causa avanza en busca de una salida conveniente para la banda y la Justicia.
Se trata de una banda regentada por una madre y sus dos hijas mellizas con una historia de diez años cometiendo, con total impunidad, todo tipo de crímenes. A lo largo de este tiempo, la extorsión les permitió tejer una extensa red de “padrinos” que les facilitó, y aún les facilita, eludir la Justicia.
Pero, esta vez, la enorme cantidad de víctimas que desfilaron por la Fiscalia radicando su denuncia comprometió su anonimato, y las amenazas que éstas comenzaron a recibir solo agravaron la situación. Todo despertó la curiosidad de un periodista que publicó lo que pasaba, y al amenazarlo también, los medios provinciales replicaron la noticia, haciendo difícil mantener todo eso bajo la alfombra de Tribunales.
Pero no hay nada que el tiempo no silencie, ni hay fuego que el olvido no apague, y en eso la Justicia es especialista. Así estamos hoy.
Tranquilos pero sueltos
Si bien los emisarios o sicarios dejaron de pasar frente a los domicilios de las denunciantes, y éstas ya no reciben más mensajes amenazantes, se sabe que las presas confinadas a su domicilio andan en la calle libremente. Como ante cualquier violación a la prisión domiciliaria, la Justicia debe ordenar inmediata prisión efectiva, las violaciones a la medida detectadas fueron inútilmente informadas en Fiscalía.
Nadie quiere el caso
Por otro lado, frente a toda esta angustia e impotencia que atraviesan las víctimas, éstas intentaron buscar en Gualeguay un abogado que las represente ante Fiscalía, de modo que sus derechos y garantías fueran respetados, pero nadie quiso tomar este caso. Las excusas son muchas y variadas, pero lo cierto es que ningún abogado local quizo participar en esta causa.
La Fiscalía “trabaja”
Neutralizadas las víctimas y tranquilizados los delincuentes, la Justicia podría abocarse tranquila a armar la causa según los intereses en juego. En este contexto, quienes tienen en sus manos la justicia podrían acomodar los testimonios y las pruebas según una cómoda interpretación de los hechos que les permita hacer imputaciones livianas que podrían resolverse con algunos juicios abreviados sin prisión efectiva, y algunas exoneraciones precoces.
De ese modo, todos podrían volver a sus casas en paz, y, más que nada, en silencio, garantizando el tan anhelado olvido. El problema es qué pasará con las víctimas denunciantes. Tal vez, cuando todo se termine de olvidar, y vayan al almacén caminando desprevenidas, sonrientes y en paz, tal vez con sus hijos de la mano, tal vez, alguien se le acerque y le diga: “¿Te acordás de mi…?”.
Norman Robson para Gualeguay21