Zélica Alarcón: “No me lo contaron, simplemente lo viví y lo sufrí”
En oportunidad de recordar a su padre Humberto, y a sus hermanos Mario, Beto y Jorge, en el Día del Periodista, frente al busto de Mariano Moreno, la vecina Zélica Alarcón de Tamaño realizó una cálida reseña histórica gualeya de la actividad. También recordó el temple y dignidad de Francisca Arrighi de Garibotti, escritora, poeta y periodista local de meditados del siglo pasado. Un valioso testimonio.
Sus palabras
Agradezco profundamente la invitación para dirigirles la palabra en este día, pues
siempre esta fecha ha tenido para mí una connotación muy especial, ya que he pertenecido a una familia de periodistas de la que me siento auténticamente orgullosa. He sido testigo, desde el seno de mi hogar paterno, de una época muy difícil para el periodismo argentino. No me lo contaron, simplemente lo viví y lo sufrí.
Mi padre, Humberto Alarcón Muñiz, llegó a Gualeguay en 1930. Fue fundador y director del diario Voz Radical, jefe de redacción de El Debate (1935 a 1938), fundador de la revista Litoral, co fundador del periódico Sembrando, órgano oficial de la Sociedad Rural Gualeguay (1942) , co fundador y primer director del diario Pregón en 1945, junto a Francisca Arrighi de Garibotti, Héctor Garibotti y Juan Sastre, y llevó adelante muchas otras actividades relativas al periodismo, como las realizadas en la inolvidable Difusora Popular, y su antecedente, Propaladora Sarmiento .
Creo que huelgan las palabras para hablar de la actividad periodística de mi hermano Mario, pues todos los presentes recordarán su paso por distintos órganos periodísticos de Entre Ríos, del país, y de Gualeguay, en su lucha por la verdad, la justicia, la libertad, en la imperiosa necesidad de defender los derechos esenciales del hombre y el ciudadano. Había tenido un gran maestro, nuestro padre. De él se nutrió y abrevó su dignidad, su sacrificio y su convencimiento y entereza para volcar a través del micrófono o del papel la palabra justa que transmitiera su pensamiento, el espíritu de la verdad. Esa fue su misión, en un claro y auténtico derrotero en defensa de los valores esenciales de la democracia.
No puedo olvidar de mencionar a mi hermano Luis Alarcón, Beto, que incursionó en el periodismo deportivo, su entusiasmo por la concreción de un sueño, el autódromo. No puedo olvidar a mi hermano Jorge ejerciendo periodismo radial en su diaria tarea en LT38, expresando su férrea convicción democrática, su condena hacia quienes no valoran en su real dimensión las oportunidades que la democracia nos brinda a los ciudadanos para recuperar al gran país que alguna vez fuimos. No puedo olvidar su enérgica defensa de la República, que muchas veces molestó a tantos. La República, esta enorme palabra que significó para mis hermanos el verdadero sentido de la vida.
Quiero aprovechar la ocasión que me brindan los organizadores de este acto para rescatar del olvido a una mujer que sacrificó su vida en aras del periodismo, una mujer que conservó su temple y su dignidad defendiendo desde este humilde rincón gualeyo la verdad, la justicia, la libertad, la democracia.
Recuerdo a doña Francisca Arrighi de Garibotti escritora, poeta y periodista quien, como mencionara anteriormente, fundara junto a mi padre en 1945 el diario Pregón, el que se convirtió en un órgano esencial en defensa de las leyes fundamentales, en aquellos aciagos días de persecución a la libertad de prensa.
La recuerdo siendo yo muy chica, junto a su escritorio en la secretaría de redacción de Pregón, situado en aquellos años en la esquina de 25 de Mayo e Islas Malvinas. Desde ese lugar emitió su voz, demostró su coraje sin claudicaciones haciendo frente al momento dramático que atravesaba el país ante la falta de garantías, en opresiva dominación para someter la dignidad de los hombres y mujeres en evidente avasallamiento a los derechos constitucionales.
Imagínense a doña Francisca, Paquita, como la llamaban los íntimos, en aquella época de los años 40 del siglo pasado, en donde el único rol de la mujer era el de esposa, madre, abocada a las tareas domésticas. Eran las exigencias de la época, no se concebía a la mujer con libertad de pensamiento, pues si expresaba sus ideas eran las de su esposo o las impuestas por la familia. Pero doña Paquita no dudó en elevar su voz en la condena a la opresión.
Entre 1947 y 1953, el diario Pregón fue secuestrado en 54 ocasiones, mi padre procesado, y Héctor Garibotti, director del diario e hijo de doña Francisca, detenido y trasladado a Paraná, donde fue privado de la libertad durante un año y medio, por defender la democracia, la libertad de prensa, por condenar la opresión.
Es a esa mujer, a su vida ejemplar, a su entereza como madre y ciudadana, a esa periodista valiente, a la que tenemos que rescatar del olvido. La que luchó desde su mojón en la secretaría de redacción del diario Pregón incansablemente, sin claudicar, a pesar de la prisión de su hijo, a pesar de las continuas amenazas al diario y a nuestros hogares. Y son uds, los periodistas de Gualeguay a quienes convoco para recordar y exaltar su nombre que considero hasta hoy olvidado.
Gracias, mil gracias por darme la oportunidad de recordar a mi padre, a mis queridos hermanos y rescatar del olvido el nombre de una mujer admirable que tuve el privilegio de conocer, doña Francisca Arrighi de Garibotti.
Gualeguay21