Carta del Obispo a los jóvenes
Querido amigo. ¡Qué alegría me da escribirte para hacerte llegar mi saludo de padre obispo y amigo en Cristo, en este día de la primavera, día del estudiante, día de los jóvenes!
La llegada de la primavera despierta en todos lo mejor de nosotros: el entusiasmo, la alegría, las ganas de vivir, la necesidad de encontrarnos, el deseo de compartir, las ganas de tomar la vida así como viene y acogerla con generosidad
¿No es eso lo que los caracteriza a ustedes?…
Por eso decir primavera es remitirnos a la vitalidad juvenil.
También la Iglesia quiere despertarse de la modorra del invierno y activar todas las energías vitales que trae la primavera; ella quiere dejar surgir lo que está por renacer con mucha vida.
Por eso la Iglesia toda está embarcada en dos acontecimientos importantes:
– uno es el Sínodo de los Obispos sobre los Jóvenes, la Fe y la Vocación, que tendrá lugar en Roma durante el mes de octubre.
Es un acontecimiento que reunirá a Obispos del mundo entero con el Papa Francisco; un espacio de discernimiento fraterno para descubrir lo que el Espíritu quiere decirle a la Iglesia. Hubo distintas instancias de participación, y todas las voces escuchadas resonarán de algún modo en el recinto sinodal; también resonaran las voces de adolescentes y jóvenes de nuestra diócesis que hicieron su aporte.
– El otro es el Encuentro Regional de Jóvenes del Litoral, en la primavera del 2019 aquí cerca no más, en la ciudad de Concordia.
Del primero me gustaría que averigües, te informes, lo googlees (#synod2018), te intereses…; me gustaría también que te acordaras de rezar por este acontecimiento. Tenemos puestas muchas esperanzas en él ¡Es un llamado a revitalizar la Iglesia!
Para el segundo te estoy invitando. Me gustaría mucho que vayas, que podamos encontrarnos, que salgamos entusiasmados por ser amigos de Jesús, vivir como discípulos suyos en la vida cotidiana y anunciar su nombre a otros jóvenes… particularmente acercar a Jesús a otros jóvenes (la misión es doble: llevarle a Jesús cerquita de ellos y acercarlos a ellos hasta Jesús) que, quizás desilusionados por el envejecimiento de la Iglesia, quizás escandalizados por la falta de testimonio auténtico de algunos cristianos o quizás convencidos por una propaganda maliciosa, algunos (tal vez muchos, uno sólo ya duele) piensan en renunciar a la fe que recibieron de sus mayores.
Quiero que todos reciban con alegría esta certeza:
«La Iglesia los ama de corazón, los acepta así como son y quiere lo mejor para ustedes».
¡Ojalá ésta certeza te anime a encontrarte con Jesús y dejarte fascinar por su mirada!
Tenés que estar seguro de esto: en Él vas a encontrar vida plena. Sí, sólo en Jesús.
Nosotros, los adultos, queremos acompañar… aunque muchas veces no sabemos cómo hacerlo (o nos sale mal… También nosotros estamos caminando y en conversión hacia Jesús). Lo que sí sabemos es esto: la cercanía de los jóvenes nos compromete a ser más auténticos testigos del Evangelio de Jesucristo en el hogar, en las comunidades, en los espacios educativos, culturales y deportivos, en la sociedad toda…
No dejes de conocer más profundamente a Jesús y afianzar tu amistad con él. Él te busca y te llama, escúchalo y respóndele. ¡Qué pases un muy lindo día de la primavera; que empiecen un tiempo de plenitud…!
Los saludo de corazón con afecto de amigo.
Héctor Zordán, padre obispo