Don Omar Benvenuto: Seis meses de impunidad
El pasado 27 de mayo se cumplieron seis meses de la misteriosa desaparición de Don Omar Benvenuto, empresario industrial, luego de encontrarse su camioneta, bien estacionada, al norte de la ciudad de Gualeguay.
Desde aquel primer momento en que la sociedad gualeya tomó conocimiento del hecho, y a pesar de que la causa se sepultó en el Juzgado Federal, es el día de hoy que insiste en preguntarse sobre qué le pasó a Don Omar, titular de Inprocil, quien al momento de desaparecer tenía 66 años.
En honor a esto, la producción de Gualeguay21 desarrolló una completa reseña de lo relevante a lo largo de estos seis meses, exponiendo los vicios y desprolijidades en el desarrollo de la causa, y resaltando los detalles que llevan a pensar que se trata de un crimen que sigue impune.
La desaparición
Luego de 24 horas de desaparecido, el sábado 28 de octubre por la noche, el hijo del empresario desaparecido, Gonzalo, puso en conocimiento del Jefe de Policía local, Marcos Schuck, la ausencia de Don Omar, mientras que, en la mañana del domingo, el yerno, Jorge Sandrini, denunció formalmente la desaparición y solicitó la localización.
Según la denuncia, Sandrini había estado con Don Omar hasta las 18:30 de ese viernes, antes de la reunión celebrada con Hugo Lesca y Efraín Martínez, en Gualeguay, y señaló que el empresario tenía previsto viajar a Mansilla esa noche.
Del mismo modo, destacó que el hombre vestía, cuando estuvo con él, pantalón de vestir claro, camisa clara y saco azul, siendo de 1,62 metros de altura, robusto, de tez trigueña, utilizando anteojos permanentes.
Las primeras diligencias
De esta manera, el domingo a la mañana se inició un gran despliegue alrededor de la camioneta del desaparecido, a la altura del kilómetro 242 de la ruta 12, con presencia de efectivos y canes de rastreo.
La camioneta había sido encontrada prolijamente estacionada, luego de girar en U, sin marcas de derrapes o frenadas bruscas, cerrada con llave, y en su interior solo se encontró el celular Nextel que Don Omar solo usaba en Buenos Aires.
Las primeras pesquisas en el lugar solo arrojaron que el rastro del hombre desaparecía al cruzar la ruta, mientras que las cámaras lo ubicaron saliendo de Gualeguay minutos antes de las 20 horas, luego de cambiarse en la casa de su madre, y los registros de su celular mostraron que se desconectó 20 minutos después.
Contrariamente a lo indicado en la denuncia, la persona que lo vio por última vez fue la empleada de su madre, quien testificó que cuando Don Omar se iba, lo acompañó hasta la camioneta, donde recibió un llamado, al cual el empresario respondió diciendo: “estoy yendo”, y que antes de irse le aseguró que volvería a cenar.
El mutismo familiar
Desde un principio, la familia se negó a atender a la prensa, ni se la vio participar activamente de la evolución de los hechos, tal como ha ocurrido en otros casos de conocimiento público, mientras que la Fiscalía, a cargo de Agustín Gianini y Dardo Tortul, rápidamente los aceptó como querellantes en la causa.
En ningún momento se tuvo conocimiento de que la misma fuera investigada respecto del hecho, a pesar de los trascendidos sobre un presunto enfrentamiento entre Don Omar y su hijo Gonzalo, el cual habría desencadenado el alejamiento de éste al frente de Inprocil.
Un mega operativo
En el marco de la causa, los días siguientes a la desaparición de Don Omar, la Policía entrerriana dispuso un impresionante operativo de rastrillaje, desde donde se encontró la camioneta hacia el norte, por decenas de kilómetros, con la participación de efectivos y cadetes, canes, drones y helicópteros.
Lo llamativo del caso, incluso para periodistas e investigadores de experiencia nacional, fue que, a pesar del extenso y meticuloso rastrillaje, no surgió ningún indicio sobre lo que podría haber ocurrido.
La reunión previa
El lunes por la mañana, se presentaron en Fiscalía Hugo Lesca y Efraín Martínez Epele, quienes había mantenido una reunión con Don Omar en la casa del primero antes de pasar por la casa de su madre y desaparecer.
El encuentro fue solicitado por el empresario para interiorizarse en los trámites necesarios para comprar el predio donde se encuentra Improcil y fue cedido en comodato por el Estado.
De ese modo, Lesca y Martínez Epele se pusieron a disposición de la Justicia y brindaron todas las explicaciones solicitadas.
La enfermera de Mansilla
El 1 de noviembre, orientados por los datos provistos por la familia, una comisión policial llega hasta Gobernador Mansilla, donde Don Omar habría ido aquella noche, encontrándose con el testimonio de una enfermera que aseguró, con lujo de detalles, haber hablado con el empresario en la noche del sábado en una fiesta patronal a beneficio del hospital de esa ciudad.
A pesar de lo llamativamente veraz del testimonio, no pudo encontrarse nadie más que lo hubiese visto, a pesar de tratarse de una fiesta entre unos 400 vecinos conocidos.
Un abogado de afuera
A pesar de contar con la asesoría letrada local de Sebastián Erro y de Carlos Magallán, la familia recurrió a los servicios de un profesional de Buenos Aires, no solo para que los represente en la querella, sino, también, para que les oficie de vocero de prensa frente a algunos medios.
Los allanamientos
A una semana de la desaparición, en la mañana del sábado, fundados en inexistentes cruces telefónicos, se realizaron sendos allanamientos a las residencias y los establecimientos de los hermanos Sebastián y Luis Erro, y de Lesca.
Estos se habrían fundado, también, en la versión surgida sobre que Don Omar habría sido enviado por Lesca y Martínez Epele a encontrarse en Mansilla con Luis Erro, con quien sellaría la compra del predio donde se encuentra la planta de Inprocil.
Remueven al fiscal
A las dos semanas, al reaccionar los Erro y Lesca, y determinarse que todo era falso, desde la Procuraduría provincial le ordenaron al fiscal Gianini a apartarse de la causa, y a Tortul, coordinador del Ministerio Fiscal, a abstenerse de participar, dejando la investigación en las manos del Fiscal Ignacio Telenta.
A partir de esta instancia, la causa entró en el desconcierto, sin indicios que permitiera desarrollar hipótesis alguna, salvo alguna relacionada con los motivos que podrían haber existido para desaparecer a Don Omar pero que nunca fue desarrollada.
Intento extorsivo
Si bien no hubo información oficial, a mediados de noviembre trascendió de fuentes federales que la familia había recibido, a principios de mes, el llamado de presuntos secuestradores extorsivos, con tonada colombiana, pidiendo un rescate de un millón de dólares.
Cómo no hubo ninguna prueba de vida, el Juzgado Federal descartó el intento atribuyéndoselo a meros oportunistas que, en conocimiento de la ausencia, aprovecharon para extorsionar a la familia.
Una novia paraguaya
Ya sin indicios a seguir, el 20 de noviembre se desarrolló la hipótesis de la novia paraguaya de Don Omar, con quien había estado vinculado meses antes.
En ese contexto, una comisión de la Policía fue enviada a Asunción del Paraguay, donde investigó a esta persona y regresó sin elementos de interés.
Reflotan el secuestro
A casi un mes de desaparecido, el jueves 23 de noviembre, el Dr. Español salió a los medios a denunciar que se trataba de un secuestro extorsivo, y que, por ello, se pasaría la causa al Juzgado Federal de Paraná.
Pese a la negativa del Juez Federal Leandro Ríos, la cual mantuvo, en una audiencia se impuso la voluntad de la familia y la causa terminó en los cajones del Juzgado Federal de Paraná.
Ofrecen recompensa
Luego de tres meses, a fines de enero, el Gobierno Nacional ofreció 500 mil pesos de recompensa por información sobre Don Omar.
La madre
Respecto de la hipótesis que sostenía su desaparición voluntaria para huir del país, allegados a Don Omar descartaron que éste decidiera algo así, ya que su devoción casi obsesiva por su madre no se lo habría permitido.
En el mismo sentido, resaltaron su conducta como hijo, el cual no solo la visitaba regularmente, sino que se alojaba con ella en sus periódicas estadías en Gualeguay.
Recursos investigativos
Es de destacar que, desde un primer momento, la Justicia y la Policía recibieron todo el apoyo técnico y tecnológico desde la Provincia y de la Nación, mientras que las responsables de las respectivas carteras, Rosario Romero y Patricia Bullrich, mantuvieron contacto directo y personal con los intervinientes.
Otros trascendidos
Entre los múltiples trascendidos sobre las actividades de Don Omar, uno sostiene que el hombre estaba interesado en vender la empresa, razón por la cual había recibido empresarios bolivianos semanas antes de su desaparición.
Esta sería la razón por la cual el empresario estaba interesado en comprar el terreno sobre el cual está construida la planta, ya que difícil le sería venderla sin resolver ese trámite.
La empresa
Frente a la ausencia de Don Omar, el 21 de noviembre, a 24 días de desaparecido, el hijo de Don Omar, Gonzalo, retomó las riendas de Inprocil, industria elaboradora y exportadora de tubos de GNC.
El 28 de marzo de este año, el hijo del empresario convocó a asamblea ordinaria para el 19 de abril en la planta de Av Illia, la cual se realizó con normalidad y lo confirmó al frente de la empresa.
Conclusión
Al cabo de seis meses, por un lado, la ausencia de indicios ha demostrado que la desaparición de Don Omar no fue improvisada, sino que intencional, meticulosamente organizada y ejecutada.
Por otro lado, las controvertidas desprolijidades a lo largo de la investigación, con falsos indicios, fallidas hipótesis y escandalosas medidas, contribuyó a entorpecer y estancar el esclarecimiento del caso.
Finalmente, su irregular paso a la Justicia Federal, atribuyendo la medida a un increíble secuestro extorsivo del empresario, termina suspendiendo las investigaciones y congelando la causa.
De este modo, al cabo de todo lo revisado, se percibe la existencia de intereses en que no avance la investigación y en que nunca nos enteremos qué pasó con Don Omar.
Norman Robson para Gualeguay21