El cuco salteño
Siempre con su llamativa campera amarilla, y su discurso, más llamativo aún, el salteño Alfredo Horacio Olmedo se perfila como el cuco que asusta tanto a viejos como a nuevos políticos. “Voy a ser Presidente de la Nación”, les advierte, con total descaro.
Parado con su Todos Somos Salta bien a la derecha de Macri, Olmedo desafía a los argentinos a redoblar la apuesta y, en el 2019, dar un paso más a la extrema diestra, imitando los fenómenos Trump en Estados Unidos y Bolsonaro en Brasil.
Si bien para muchos es un loco oportunista, o un payaso mediático, lo cierto es que, como él bien dice, sabe interpretar bien a la sociedad, tanto que sus conceptos caen de muy buen grado en quienes lo escuchan. Tan es así que su propuesta de llegar a la Presidencia por afuera de la corrupción, “porque la corporación política es corrupta”, para hacer una “Argentina distinta”, gana adeptos día a día.
En esa coherente interpretación, Olmedo considera que “la crisis de la sociedad se debe a que el político tradicional sólo piensa en la política y no en la gente”, y confiesa que su sueño es “administrar riquezas, y no generar pobreza para mantener a los pobres dependiendo de la política”.
Por ejemplo, entre tantas “locuras”, el salteño propone que no haya más licitaciones, para así evitar la corrupción de la patria contratista, y, en su lugar, propone que se determine el costo de las obras y se las sortee entre las empresas calificadas para hacerlas, las obras grandes entre las grandes empresas y las chicas entre las pymes.
En síntesis, Olmedo propone fomentar el orden, el respeto, la no ideología de género, la cultura del trabajo, y la baja de impuestos, ya que entiende que no puede ser que “acá todo sea al revés”, refiriéndose a que acá suben los impuestos, que acá el pueblo que trabaja sostiene al otro que no lo hace, que acá se rompe la familia, que acá sacan a Dios del medio, y sostiene: “No podemos tener un país donde la minoría manda y la mayoría se tiene que acomodar a las leyes de la minoría”.
“Conmigo van a volver los valores cristianos”, promete, agrega que va a ser “un Presidente cristiano”, y descuenta que los argentinos van a reaccionar a la realidad actual como lo hicieron en Estados Unidos y en Brasil. En ese contexto, él sería la alternativa argentina a Trump y Bolsonaro.
Por último, cabe recordar que Olmedo nació en Rosario de la Frontera, Salta, el 5 de diciembre de 1965 y hoy es un reconocido político de tendencia consevadora cristiana, fundador del partido Todos Somos Salta, por el cual es Diputado Nacional desde 2009, a la vez que es el hijo mayor de Alfredo Olmedo, el mayor productor de soja de la Argentina, conocido como el rey de la soja.
En definitiva, el cuco salteño tiene juventud, experiencia política, riqueza y argumentos suficientes para sorprender a la corpo política argentina, tal vez no ganando las elecciones, pero, seguramente, complicándole el camino a muchos.
Pero, sino comienzan a interpretar correctamente al pueblo en sus necesidades y expectativas, no sorprendería que el cuco salteño diera el batacazo y se erija Presidente de la República Argentina, y ahí los quiero ver.
Norman Robson para Gualeguay21