Rectángulo Image

Rectángulo Image

Rectángulo Image

14 junio, 2025 5:54 pm
Rectángulo Image

El trabajo


Quiero hacer un pequeño aporte etimológico de la tradición judía: el concepto bíblico sobre el trabajo.

BLANCO-NEGRO

La tradición hebrea designa al trabajo con dos denominaciones, una es “melajá” y la otra “avodá”. El primero hace referencia a la labor: serían los trabajos que hacemos para sostener la producción de insumos y de servicios que requerimos para nuestro sustento.
La diferencia está en avodá. Este es el trabajo en servicio. Hay avodá en el servicio a lo divino, que se implementa en lo humano.
La tensión entre estos dos conceptos, melajá y avodá, es, justamente, lo que nos permite abrir un espacio en el cual el trabajo aparece como valor, es la cultura del trabajo.
Esta aproximación que voy a compartir no es un abordaje del trabajo desde lo económico o lo político sino desde lo cultural. Es decir, hacer una aproximación al trabajo desde la cultura que lo sostiene y no solamente desde los bienes y servicios que produce.
Como un pequeño nomenclador de esos valores, deberíamos retomar, re-significar y volver a apropiarnos de los valores que tienen que ver con el trabajo.
El esfuerzo, la cultura del esfuerzo.
¿Cómo se plantea la cultura del esfuerzo para que sea encarnada luego en el trabajo? Con disciplina y constancia. Los resultados no son ni mediatos ni volátiles.
No al atajo sino el camino largo que lleva a puerto seguro.
La idea del servicio como vocación. Vocación para el Bien Común. Vocación para servir a los demás y no solamente para servirme de ellos; y la idea del trabajo en término de cultura, como un bien. Bien en el sentido de Bien Común, que hoy, lamentablemente, no es el más común de los bienes, y el bien que significa la bendición que el trabajo es.
No el hastío, la rutina, la opresión ni la alienación, sino el entusiasta reconocimiento y agradecimiento del bien que tenemos, cuando tenemos la posibilidad de tener trabajo.
La idea de educar en estos valores empieza por la ejemplaridad. No es curricular ni institucional; no son las instituciones las que puedan iniciar este desarrollo sino las personas en su acto ejemplar. De ahí, el lugar protagónico de la familia y el protagonismo de la memoria.
Los argentinos, que somos especialistas en el uso estratégico del olvido y la desmemoria, borramos de un plumazo que este país solamente se hizo así. Se lo construyó con esfuerzo, con trabajo, con el valor de la palabra y la gesta de los inmigrantes, que sin nada hicieron todo y nos heredaron lo que destruimos de una manera vergonzosa. Los que llenaron el granero lo hicieron sudando y trabajando, y eso no fue una maldición bíblica sino el proyecto de país y la mística de la Nación que aún nos debemos.
El Estado tiene un lugar protagónico, pero no solamente en el acceso al trabajo, sino en la igualdad de oportunidades, en la formación, en la equidad, en la justicia y en la paz, que son los insumos que permiten esta distribución social del trabajo.
Debemos recuperar los símbolos patrios, los próceres, nuestra historia, nuestra memoria, para asegurarnos de que no volvemos para atrás, sino que con la bendición de Di-s y la obra de nuestras manos podamos ir hacia el Bien Común, en la bendición del trabajo, la justicia y la paz.
Rabino Sergio Bergman