Impunidad express en Gualeguay
El que las hace, las paga, dicen, y la que cobra es la Justicia, aunque sabemos que ella, casi siempre, es lenta, que no siempre es ciega, y que la vara con que mide no es siempre la misma.
De muestra bastan un par de botones. El pasado 20 de abril, alrededor de las 9:30 horas, luego de la debida planificación previa, un sujeto se roba primero la placa de un Peugeot 3008 y, a la vuelta, un VW Gol rojo y se da a la fuga.
Según consta en el expediente, las diferentes cámaras de video vigilancia consultadas, de comercios e instituciones vecinas, muestran al sujeto quitando la patente del Peugeot y pasando al volante del Gol un par de minutos después.
Apenas se percata el dueño del Gol, se presenta en la policía y realiza la denuncia correspondiente, destacando que el día anterior había observado a una persona mirando dentro de su auto, a la vez que informa que dentro del auto estaba la correspondiente documentación, tarjetas de crédito, efectivo, una notebook, y un equipo de pescar.
Al otro día, la víctima amplía la denuncia y presenta los dos juegos de llaves del auto con ambos controles remotos.
El sábado 23, tres días después, el sujeto, señalado por la víctima como aquel que miraba el interior de su auto y aquel protagonista de los dos videos, es encontrado por la Justicia y detenido a disposición de la Justicia.
El domingo 24, la fiscal de turno le toma declaración al sujeto, éste se abstiene, y la causa se lo sindica por “robo de cosa mueble”, la patente del Peugeot, y por “robo de vehículo”, el Gol.
Hasta ahí todo muy bien, salvo que el auto no aparecía.
A la semana siguiente, al no surgir novedades importantes respecto de la causa, el abogado de la víctima se presenta ante la fiscal para saber si había alguna novedad y, de paso, acceder al expediente. Con gran sorpresa el abogado se entera de boca de la fiscal que la causa había sido cerrada por un juicio abreviado y archivada.
¿Qué había pasado?
Entre miércoles y jueves, en tiempo record, sin que aparezca aún el auto, sin la participación de la víctima o su abogado, la fiscal celebró un convenio de juicio abreviado donde el sujeto reconoció el hecho y, a pesar de ello, le bajaron la calificación de robo a hurto, le dieron un año de prisión y otro de tratamiento siquiátrico, lo obligaron a indemnizar a la víctima con 15 mil pesos, y le archivaron la causa.
Todo esto sin que la víctima tuviera participación, solo un escueto llamado telefónico por el cual le comentaron a la víctima que estaban celebrando un convenio, pero sin explicarle las implicancias de ello.
¿Qué pasó con el sujeto al cual identificó la víctima y fue identificado en los videos robándose un auto?
Se fue a la casa, manso y tranquilo, a pesar deno haber devuelto el Gol.
Abogados consultados al respecto se manifestaron sorprendidos por la celeridad del caso, ya que no son rápidos los tiempos de la Justicia a la hora de resolver este tipo de delitos y más si se hace por juicio abreviado.
En este sentido, los profesionales consultados expusieron como ejemplo el sonado caso de Sosa vs. Gallardo, donde el victimario tardó más de dos meses y medio en lograr un convenio y siempre con la participación de los abogados de la víctima. Es más, la Justicia, en ese caso, exigió el total acuerdo de la víctima para avanzar en el convenio.
Como se puede apreciar, nuestra Justicia no es siempre lenta, ni es siempre ciega, ni siempre mide con la misma cara. Esto varía según quién sea quien en cada caso.
Norman Robson para Gualeguay21