Los gurises de hoy
Los gurises de hoy son iguales que los de ayer, y los de antes de ayer. Los gurises de hoy no son ni más malos ni más buenos de lo que fuimos nosotros. Ni tampoco, ahora, hay más maldad que antes. Ni más mala suerte que antes.
Los únicos que no somos iguales somos nosotros. Somos nosotros los que cambiamos, no los gurises, ni la maldad, ni la suerte. No le echemos la culpa a nadie ni a nada. Todo lo que pasa hoy, en especial lo que le pasa a los gurises, es responsabilidad nuestra.
Los gurises de hoy no son un problema, ni son problemáticos, pues ellos nacieron como nosotros. No nacieron condenados a ser difíciles por algún extraño misterio. No. Ellos nacieron buenos, y lo que les haya pasado después no es culpa de ellos.
Los tiempos cambian, es cierto. Hoy hay muchas más cosas que antes. Pero los que decidimos como se usan todas esas cosas nuevas somos nosotros, no los gurises. Somos nosotros los que mandamos en el uso de esas cosas. De modo que si se usan bien o mal, no es culpa de los gurises, es nuestra.
De modo que hemos sido nosotros los que hemos permitido que los gurises sean lo que hoy son, y si son un problema, ese problema es nuestro, no de ellos. Los gurises hoy quieren, piden y exigen lo que nosotros hicimos que quisieran, pidieran y exigieran.
No nacen gurises faloperos, chorros, corruptos, ignorantes, asesinos, delincuentes. No. De ninguna manera. Los gurises nacieron como nacimos nosotros, solo que por nosotros hicieron lo que había que hacer, mientras que por ellos nadie hizo lo que había que hacer.
Yo jugué a la bolita y a las figuritas, a la payana, a la pelota en la canchita, al ring-raje, me hice la rata y me pusieron muchas amonestaciones. Tanto que quinto lo tuve que rendir libre. Cuando cumplí los 18 todavía era virgen, y no me daba vergüenza.
Los gurises de hoy podrían haber tenido esta vida, o una similar con todas las cosas nuevas que se inventaron. Me imagino lo que habríamos hecho nosotros con un celu o una tablet en facebook.
Pero nosotros dejamos que la cosa se desmadrara, y ahora queremos echarle la culpa a ellos, al diablo o a la maldita suerte. Hipócritas. Por acción u omisión, nosotros somos los responsables. Hagámonos cargo.
El Estado ausente, las familias desintegradas, los dos y tres laburos, los docentes que dejaron de ser maestros, el vigilante de la esquina que no está más, el cura que se degeneró, el club que solo quiere laureles, la televisión de Tinelli y Susana, son todos productos nuestros, no de los gurises.
Los valores de los gurises de hoy no los trajeron de la sala de parto. No. Se los inculcaron el abandono y la indiferencia nuestra, la libertad mal entendida, los derechos pervertidos a conveniencia, las obligaciones olvidadas.
Nuestra indiferencia, nuestra comodidad, nuestro egoísmo, nuestra necedad, permitieron que hoy pase lo que pasa. Nadie más que nosotros dejó que los gurises de hoy sean lo que son.
Así que, si realmente nos preocupan los gurises de hoy, hagámonos cargo. Hagamos algo por ellos, y por los que vienen, los gurises de mañana. No miremos para otro lado, no nos lavemos las manos.
Y si alguien cree que esto no es así, que rece. Que rece mucho, porque puede estas escupiendo para arriba.
Norman Robson para Gualeguay21