11 octubre, 2024 8:44 am
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Tu misión es hoy

Estamos terminando octubre, un mes dedicado en la Iglesia especialmente a renovarnos en la conciencia y el compromiso misionero. Y no está de más retomar esta dimensión de la fe en este momento. Octubre termina, la misión no, porque es permanente, está en el ADN de la Iglesia.

Es bueno revisar mi vida personal, cada uno la propia, sus preocupaciones, anhelos, dedicaciones. Preguntate: ¿Das testimonio de fe con la vida? ¿Participás de alguna iniciativa en tu barrio, tu lugar de trabajo o estudio, que ayude a plantar semillas de la Palabra de Dios? ¿O tu vida “no dice nada”?

El lema propuesto este año es muy claro, y hasta provocador: “Tu misión es hoy”. Y nadie, ninguna persona bautizada puede decir “a mí no me toca”, o “no es mi responsabilidad”. Es incoherente pensar que es asunto de otros. Como si los misioneros fueran solamente los sacerdotes y las religiosas que son enviados a otros países. 

La Iglesia —toda la Iglesia— es enviada por Jesús, no solamente un grupo de selectos. La misión no es una cuestión reservada a los especialistas o versados en un tema. 

Francisco nos enseña que “En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28,19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados. Esta convicción se convierte en un llamado dirigido a cada cristiano, para que nadie postergue su compromiso con la evangelización, pues si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que somos siempre «discípulos misioneros»”. (EG 120)

No se trata entonces de “primero” formarse, “segundo” hacer un retiro, “tercero” ensayar, y en algún momento, “por último” salir a misionar. A veces somos especialistas en postergar el compromiso con los motivos que sean.

En este tiempo se hace necesario, además, rezar por los misioneros en todo el mundo, especialmente por los que se encuentran en lugares de persecución a la fe. Países en los que son llevados presos, torturados y asesinados, dando de este modo testimonio del amor con la propia sangre.

De modo particular te pido que recemos por el padre Roberto López, del clero de San Juan, que ha sido enviado a Cuba y otros sacerdotes argentinos que están desarrollando un servicio misionero en otros países sembrando evangelio en quienes no han sido evangelizaos plenamente.

El próximo jueves 1 de noviembre, Solemnidad de “Todos los Santos”, damos gracias a Dios por tantos hombres y mujeres que siendo como nosotros, han vivido a pleno el Evangelio. La Conferencia Episcopal Argentina ha establecido ese día como Jornada de Oración por la santificación del Pueblo Argentino.

Pidamos por la Beatificación del Siervo de Dios Mons. José Américo Orzali, llamado el Buen Pastor de Cuyo. Él fue nuestro obispo entre el 1914 y 1939. Un Pastor ejemplar, misionero incansable, servidor de los niños, los pobres… todos.

También hoy concluye el Sínodo en Roma acerca de “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Recemos para que las conclusiones ayuden al Papa a iluminar el camino de la Iglesia para acercar a los jóvenes la Buena Noticia del amor de Jesús.

Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social

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