21 abril, 2025 1:57 am
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Un tránsfuga en Gualeguay

Uno de los dinosaurios más rechazados de la política argentina, Leopoldo Moreau, otrora radical, hoy kirchnerista, honró a Gualeguay con su presencia gracias a un personaje tan rechazado como él: Paola Rubattino.

BLANCO-NEGRO

Para dimensionar la calidad de la visita, cabe destacarse que el  actual diputado de la Nación Argentina por la Unidad Ciudadana de la provincia de Buenos Aires, operador mediático de la propia Cristina Kirchner, es dueño de un pasado de perversión y violencia que permite fácilmente comprender su lamentable presente.
Moreau fue, en 1968, uno de los fundadores de la Coordinadora y de Franja Morada, las cuales tuvieron su bautismo militante en los dos rosariazos y el cordobazo de aquellos años, tumultuosas manifestaciones que tuvieron lugar entre 1969 y 1971.
Luego acompañó a Raúl Alfonsín en Renovación y Cambio y durante la recuperación de la democracia, pero su repudiable personalidad lo fue desplazando del radicalismo, al punto de que, en 2003, cuando quiso ser presidente de ese partido, solo obtuvo el 2,34 por ciento de los votos.
De este modo, cual marido despechado, y viendo imposible lograr un espacio en la UCR, se asoció al enemigo, donde encontró la afinidad moral que tanto buscaba y nunca encontró en el radicalismo.
Este señor, tan bienvenido por los apóstoles locales de la estafa populista, es tan perverso que, a pesar de profesar una cultura alevosamente antidemocrática y antirepublicana, y de haber traicionado descaradamente a su partido desde una banca radical, aún proclama, sin ponerse colorado, y a viva voz, ser radical.
Ahora bien, es anfitriona de este personaje la ex Secretaria de Desarrollo Social de la Gestión Erro, ex candidata frustrada a la intendencia local por el kirchnerismo, ex titular del consorcio fantasma del barrio 80 viviendas, y esposa y protegida del actual juez Dardo Tortul.
Por último, el lugar elegido para esta recepción fue el demasiado glamoroso salón de la Escuela Normal, y la organización estuvo a cargo de la seudo ONG que Rubattino inventó para blanquear las prebendas que aún obtiene del Gobierno de Gustavo Bordet. En el lugar, lamentablemente, no confluyeron suficientes “militantes” como para desbordarlo.
Puesto este acontecimiento en su debido contexto, solo resta destacar que, con estas alianzas estratégicas, y sin partido que los cobije, se consolida la extinción de la clase política más nefasta de la historia argentina y alienta la hegemonía de Cambiemos por varios años más.
Norman Robson para Gualeguay21

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