Abnegación siempre presente
A lo largo del día de hoy, seguramente, escucharemos varias veces el término abnegado en el marco de una merecida apreciación de un bombero en su día, pero me permito dudar sobre si todos conocemos el significado de esta palabra en toda su dimensión. En estos tiempos en que lo particular e individual se impone, por paliza, sobre lo común y colectivo, reconocer la cultura de la abnegación, tan ejemplar y comprometida como ingrata, nos rescata y nos alienta, a la vez que es una luz de esperanza.
Se trata de un término que califica, con toda justicia, la grandeza de los bomberos y otros servidores públicos. Según los diccionarios de nuestra lengua, la más rica de la humanidad, llamamos abnegado a quien sacrifica, voluntariamente, sus propios intereses en favor de los de los demás. Nada más preciso para calificar a este gladiador incondicional y desinteresado que deja, y arriesga su vida, por la comunidad a la cual pertenece, y que lamentablemente, no es retribuido en su debida proporción.
Son hombres y mujeres que se distinguen de los demás por los valores que esgrimen, genuinamente, en acciones concretas. Valores casi todos en desuso, pero indispensables para la abnegación, como el compromiso, el desinterés, la valentía, la solidaridad y la comunión. Valores que se traducen en conmovedoras historias reales donde alivian la tragedia. Verdaderos ejemplos que nos demuestran que aún no todo es egoísmo, individualismo, facilismo y comodismo.
Desafortunadamente, nuestros bomberos son servidores públicos, un rol que nuestra sociedad, sin vergüenza alguna, no reconoce como merece. A pesar de una extensa y nutrida foja de servicios invaluables que demuestran su abnegación, permitimos que éstos héroes anónimos sufran carencias que, a veces, logran entorpecer el cumplimiento mismo de su deber. Pero eso nunca significó una reticencia de ningún tipo, nunca hubo una duda a la hora de entregarse por entero al servicio, las 24 horas del día, siete días a la semana, doce meses al año.
Qué orgullo son para una comunidad sus bomberos, así como lo son los de Gualeguay y los de Ceibas para las suyas, fieles sinónimos de abnegación. Feliz día y mil gracias por todo.
Norman Robson para Gualeguay21