Agreden a turista a la salida de un boliche
La época estival, en que algunas ofertas turísticas locales como el Carnaval, atrae tanta gente, incluso gente que viene de otros lugares con la finalidad de conocer y obviamente divertirse pasando una noche amena.
Quizás con esos fines Martín (37) y Gastón (38), visitaron Gualeguay este fin de semana largo, pero nunca presagiaron que todo lo planeado terminaría con un final poco feliz.
La noche había transcurrido conforme a lo diagramado, fue la diversión perfecta, ya que disfrutaron de una hermosa jornada en el corsódromo y por si fuera poco terminaron su festejo en el boliche bailable que está emplazado dentro del mismo escenario, pero la irracionalidad de un sujeto iba a empañar su sano jolgorio, puesto que ya en el amanecer gualeyo -07,45 hs- cuando se disponían a retirarse en su automóvil Ford Fiesta hacia el hotel donde estaban alojados para reponer energías luego de una noche agitada, descanso deseado que se hizo esperar, en virtud que al estar por darle una propina al cuidador del estacionamiento por su buena labor, se acerca desde atrás imprevistamente una camioneta Toyota Hilux de color gris oscuro, doble cabina, conducida por un masculino quien se encontraba acompañado dulcemente de una femenina, el cual aparentemente muy apurado por su idilio, comienza a tocar reiteradamente bocina, haciendo toda clase de gestos provocadores porque no tenía el lugar pensado para transitar como quería, a pesar de no tener prioridad de avance, pero seguramente por gran estado de excitación que tenía este alocado muchacho, no dejaba de persistir en su intención pendenciera, a pesar de que el empleado municipal que monitoreaba la cuestión vial le pedía que se tranquilizara.
Lejos de apaciguar su envalentonada actitud, comenzó a acelerar su Pick Up hasta empujar violentamente el vehículo de menor porte, guiado por Gastón, fue en ese momento que el turista se bajó tratando de hacerle entender que esa no era la acción de una persona educada y sobre todo que mantuviera la calma, oportunidad que observo daños sobre su carrocería, lo que lógicamente dio motivo a un reclamo, es allí que al estar frente al patotero anfitrión, siempre con ánimos de evitar una discusión junto a su amigo, es que se le solicitaron su identificación y los papeles del seguro, para realizar los trámites resarcitorios con fines de reparar su rodado, que este maleducado acababa de dañar con el solo fin de provocar una irracional pelea.
Lo peor estaría por venir, en razón que “El Ruso” lejos de colaborar, en un evidente estado de no comprender lo que estaba ocasionando -tenía signos de ebriedad al ser revisado por el médico policial-, primero se baja para efectuarle un fuerte golpe de puño en el rostro de Martín, lo que originó una refriega física entre los tres masculinos, ya que la agresión al parecer fue devuelto por uno de sus contrincantes, lo que provoco que el inentendible personaje de esta crónica, se subiera raudamente a su camioneta, le diera arranque, sobrepasara el auto esquivándolo para superarlo unos metros, frenar bruscamente colocando inmediatamente la reversa a gran velocidad para embestir fuertemente la unidad automotriz, que por fortuna solo ocasiono daños de gran consideración, no atropellando a ninguno de los foráneos y ocasionales testigos.
Sabiendo que seguramente la reprimenda sería grande si lo agarraban los ya no tranquilos turistas, pero continuando con su actitud todo poderosa, pone primera acelerando para retirarse del lugar -junto a su compañera que no participo de las conductas antisociales- pero en su peligrosa maniobra puso en riesgo no solo su propia integridad física, sino también la de los empleados que se encontraban cumpliendo con su trabajo de cuida coches.
Cuando todo parecía haberse calmado, este irascible conductor pasa nuevamente a gran velocidad haciendo señas de todo tipo siempre vinculadas a seguir el encono que el mismo suscitó, pero ya la policía esta anoticiada de semejante desorden público, por lo que el patrullero del Grupo Especial de Infantería comienza su persecución, que a través de los sistemas lumínicos y sonoros se lo advertía que debía detenerse, lográndose el cometido con la colaboración de otros móviles, pero esto no le hizo mella ya que continuo con su beligerante actitud personal, ahora ante los uniformados, quienes debieron usar la fuerza física necesaria para reducirlo y lograr su merecida aprehensión.
Una vez en esta departamental y con pocos ánimos de permanecer en la Jefatura Central, luego de los trámites de rigor, fue alojado por disposición del Ministerio Público Fiscal en uno de los calabozos de la alcaldía, donde habrá tenido el tiempo suficiente para reflexionar sobre su mala actitud y hasta convencerse de no ingerir alcohol en demasía que lo llevó a semejante grado de excitación nerviosa, presumiendo que le hace sentir que podía llevarse el mundo por delante, y manejarse en la vida acorde a sus propias reglas de vida, que son totalmente erráticas de una sana convivencia ciudadana, todo estos conceptos de aplicarlos lo más rápido posible seguramente le servirán para afrontar la causa penal por Lesiones, Daño y Resistencia a la Autoridad iniciada en su contra y por la que deberá dar cuentas en la justicia.-
Jefatura Departamental Gualeuguay