Ánimos en amarillo
La semana anterior, antes de la segunda noche de Corsos, estaba escribiendo sobre la inminente segunda noche y su orden de salida y me sorprendió ver que Samba Verá no era primera sino que segunda, pero supuse que algún compromiso de algún tipo habría obligado a esto.
Durante la semana pasada, circuló la versión de que se había cambiado el sentido del cambio de orden, o sea, que en vez de que la que salió última ahora salga primera y la que salió segunda salga última, ahora la que salió primero salía última y la que salió segunda salía primero.
Que ridículo embrollo después de décadas haciéndolo de una manera.
¿Para qué?
Esta pregunta se mantuvo inquieta mientras distintas voces de disconformidad iban surgiendo desde las redes sociales. Voces que señalaban actos de injusticia, de lucha desigual, de beneficios para unos y robos para otros.
Traté de tomar todo eso como los tradicionales y controvertidos comentarios que enfrentan a las comparsas en feroz competencia todas las temporadas, y traté de pensar, sin desconocer el sello de inmoralidad de o escrupulosidad de estos organizadores, que no sería tan así.
Ayer fue la tercera noche.
La presencia del carnaval de Gualeguay en C5N por horas, explotando de forma inmejorable todo su color, su ritmo, su alegría, fue imponente, espectacular, valiosísima. Nunca en la historia habíamos logrado tal presencia.
Samba Verá se vio a pleno y en espectacular detalle copando la primera hora de espacio.
Sisí se vio completa pero compartiendo el espacio con estudios y otros móviles.
Karumbay apenas pudo mostrar su punta y de lástima.
Y ahí me recordaron que, de acuerdo al viejo sistema, Karumbay debería haber salido primera.
Y ahí me pregunté porque no todo el carnaval, porque unos si y otros no, porque unos sufren desgracias y otros no.
Entonces hable con algunos gurises, vi las publicaciones en las redes sociales, y sentí que algunos ánimos estaban al rojo y que esto no es sano para el espíritu de nuestro carnaval.
O sea, es importante proyectarnos pero también lo es estar sólidos para concretar los proyectos, y para eso hace falta que el interior del carnaval esté bien, y estas cosas no le hacen bien.
En tal sentido, y de ser así, sería importante que quienes quieren el carnaval no caigan en la trampa del divide y reinarás, porque a río revuelto, ganancia de pescador, y el carnaval no sabe nada de pesca.
Nadie duda de que fue una espectacular e inolvidable tercera noche en la cual el país vio lo que ofrecemos desde nuestro corazón, algo que trasciende más allá de las mentiras del intendente y de la competencia entre las comparsas, eso es lo importante, pero quienes quieren nuestro carnaval deben tener la cabeza fría para que sea el mismo carnaval el que capitalice estas oportunidades y que no se vea afectado por sus tan comunes desmanejos y desprolijidades.
Por último, felicitaciones a las comparsas porque se las vio espectaculares.
Norman Robson para Gualeguay21