Declaraciones de Yamila Cafrune

Yamila Cafrune nació en un hogar signado por el folclore y el compromiso con la cultura popular argentina. Hija del legendario Jorge Cafrune, Yamila ve con tristeza la postergación de los géneros musicales de nuestro país y la paulatina pérdida de una identidad construida durante mu chos años. Por eso, desde hace algún tiempo, con espíritu docente y su corazón de artista, creó un espectáculo destinado a acercar a los alumnos de las escuelas de la provincia de Buenos Aires las diferentes músicas de nuestra geografía.

El disco comprende cantos y danzas regionales de la Argentina y los cruza con la información geográfica que, con trazo pedagógico, incorporó la especialista María Elena Patzer en los capítulos del libro.

Entre los ritmos elegidos aparecen el chamamé (litoral), cueca (cuyo), la vidala chayera (La Rioja), la chacarera (Santiago del Estero), el loncomeo (región patagónica), el carnavalito (puna), además de gatos, zambas y cuecas afincadas en más de una región.

“Si bien hay regiones que se caracterizan por más de un ritmo musical, priorizamos las canciones que además se asociaban a las figuras patrias”, explicó Cafrune, quien ya ha presentado su proyecto ante más de 10 mil estudiantes bonaerenses.

ALGO PARA APORTAR

“El proyecto nació a partir de las críticas destructivas que hacía del orden de `los chicos no escuchan folclore`. Eso en parte sucede porque nadie puede escuchar y gustar de lo que no conoce”, afirmó.

Sin embargo, Cafrune es consciente, porque ha recorrido el país entero con su arte, que en las provincias argentinas, en especial fuera de las grandes ciudades, “hay un gran movimiento de peñas”.

En ese punto, Cafrune explicó que su espectáculo realiza un aporte pues “esos chicos luego van a sus casas y hablan del tema, incorporan un interés”.

Yamila debutó como cantante en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín en 1992 y tiene más de diez discos editados.

Sobre la posibilidad de que la enseñanza de la música folclórica sea adoptada por los programas oficiales, Cafrune, designada este mes como directora de Folclore, Artesanía y Comunidades Originarias de la Provincia de Buenos Aires, se mostró prudente.

“En los tiempos de Perón estaba incorporado y luego eso se fue perdiendo”, aseguró. “Yo tuve la suerte de que la primer canción folclórica que aprendí fuera de mi casa haya sido en el ámbito de una escuela en la provincia de Santa Fe, pero hoy no todos tienen esa posibilidad”, agregó.

– ¿Seguís donando la mitad del dinero que ingresa por la venta de tus discos a distintas entidades?

–Así es, por suerte podemos disponer libremente de nuestros discos (la artista trabaja con su marido, el músico Esteban Sarlenga) porque los lanzamos de manera independiente, hasta ahora no hemos negociado con ninguna compañía discográfica. Entonces lo que hacemos es muy práctico: no bien llegamos a dar un concierto a algún lugar, hablamos con el municipio o con quien corresponda para que nos informe a qué organismo les vendría bien la ayuda. Luego, la mitad de lo que vendemos se lo damos a esa entidad y listo, de ese modo la ayuda llega directamente, sin intermediarios.

–Como artista popular, ¿concebís la labor artística intrínsecamente unida a la labor social?

–Es que es así. Cuando uno ya se hace un nombre en los escenarios donde nos movemos nosotros, no es una cuestión de gusto, es una cuestión de ética, de subir al escenario y hacer escuela. Y cuando digo escuela no hablo sólo de enseñar lo que uno sabe, sino de empezar a mostrar lo que tiene el folclore. Por ejemplo, elegir mejor las canciones, contar su historia, y esto lleva a que el público no sólo zapatee y baile cuando vos cantas, sino que escuche a conciencia y aprenda.

– ¿Y ahora qué nos mostrarás?

–Para este año hemos preparado una serie de canciones clásicas que están incluidas en el CD de El Folclore Va a la Escuela y las combinaremos con otras de Raíz y de Bien de familia.

Fuente: Movimiento Evita