Desperdiciando futuros deportistas
Hace casi 10 años llegamos a Gualeguay, pensando siempre en nuestros hijos, en sus oportunidades, y en su formación.
Hace dos años, Alejo, mi hijo menor, empezó la escuela de natación en el Centro de Educación Física de Gualeguay, donde con apenas dos semanas de comenzado, demostró sus dotes y su futuro de buen nadador.
De este modo, Alejo fue incluido en el programa de entrenamiento, corriendo siempre con los riesgos de que fuese duro y cansador, pero siempre contento y feliz de ir a su entrenamiento, superando y demostrando cada día que podía ser un posible competidor profesional.
Sabemos, y saben, que falta mucho para eso, pero, sin dudas, su formación desde temprana edad será imprescindible para lograrlo.
En sus inicios concurría 3 horas semanales, como principiante, y para que no sea agotador, estaba muy bien, pues a medida que pasó el tiempo fue al revés.
Durante parte del 2013, concurría a practicar dos horas semanales, y este año, ya es casi seguro que solo será una hora semanal.
¿Por qué?
Por temas políticos y por tires y aflojes entre los directivos de la escuela y los políticos, quienes lo único que no tienen en cuenta es el beneficio del alumno, y se rajan las vestiduras diciendo que apoyan al deporte y demás, cuando a la vista está que aquí no es así.
Acá no les importa el chico, acá solo priman los intereses políticos, acá no hay apoyo para futuros deportistas.
Hay tantos gastos en cosas que no tienen sentido, cosas que solamente responden al clientelismo político para así conseguir y asegurar los votos, que para ellos con eso basta, mientras que a mi me resulta increíble que corten los sueños de un chico, primero porque lo disfruta y es sano, y luego porque rechazan la formación de un deportista.
Me resulta lamentable y triste tener que pensar que en este 2014 un chico tenga que entrenar natación una hora semanal porque al profesor le quitaron horas.
Me resulta penoso y nadie se hace cargo de nada.
Mientras tanto, usan el Centro como club para recreación solamente solo para quedar bien con la política populista en boga, lo demás no importa.
Hoy, en una ciudad donde uno creía poder avanzar, aunque sea en el deporte, estamos retrocediendo y yendo hacia un horrible final: Deporte no, Vagancia Si.
Forno