11 febrero, 2025 12:42 pm
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Desventurada visita del delfín entrerriano

El jueves de la semana pasada, el joven Mauro Urribarri vino a Gualeguay, acompañado de Faustino Schiavoni, para lanzar la mesa de Unidos y Organizados, y para ello eligió hacerlo junto a la facción local liderada por el Diputado Juan José Albornoz y el Intendente Luis Erro.

En su larga alocución se lo escuchó decir: “Estamos en este lugar porque la presidenta nos delegó la responsabilidad de territorializar la militancia y el espacio que tenemos para hacerlo es debatiendo, estudiando y consensuando”, “tenemos que ser conscientes que profundizar el modelo significa generar políticas inclusivas como lo venimos haciendo desde el 2003”, y “nuestro rol en este momento es generar militancia, y la militancia se genera siendo solidarios, dejando de lado los intereses individuales”.

 

 

 

Al cabo de su extenso discurso, ininterrumpido, unilateral, imperativo, y apagados los ecos de la marcha peronista, esa marcha que muy pocos sabían cantar esa noche, quedaron flotando en el ambiente muchas inquietudes.

Si el joven Mauro había venido a lanzar la consigna de Unidos y Organizados…

¿Porque habló de unidos si dejó a Matorras perdido entre la multitud y negó reiteradamente a Vittulo como conductor y dirigente comprometido con el gobierno provincial y el proyecto nacional, aportando así a la desunión existente entre dos sectores internos?

¿Por qué habló de organizados si su parcialismo solo contribuyó a fogonear el enfrentamiento entre estos sectores internos, imposibilitando así cualquier tipo de organización política?

 ¿Por qué habló de “debatir, estudiar y consensuar” si se limitó a imponer su discurso y no dejó expresarse a ninguna de las distintas corrientes juveniles locales, todas presentes y ansiosas por cumplir el objetivo del encuentro?

¿Por qué habló de generar políticas inclusivas si su discurso fue netamente exclusivo para quienes no estén en un todo de acuerdo con sus dichos, instalando una diferenciación ridícula entre gente y ´pueblo, calificando como pueblo a los que coinciden y gente a los que no?

¿Por qué habló de generar militancia, de ser solidarios y de dejar de lado los intereses individuales si durante toda su alocución violentó las relaciones internas y sembró de escollos cualquier posibilidad de construcción política?

La mesa de Unidos y Organizados estaba prevista como un espacio de debate entre todas las corrientes internas de la juventud, pero el joven referente optó por convertirla en un acto político e imprimirle un sentido de parcialismo que no dejó espacio para el diálogo y recalentó una interna de la cual los gualeyos ya están cansados.

¿Fue este el mandato del Gobernador?

Según las propias palabras del joven Mauro, para quien esta Argentina no es para tibios ni para grises, el mandato de “los pibes”, la militancia de hoy, es “asumir el costo de preservar la figura de Cristina y del Pato”, y demostrarles a estos que son “capaces de ser el motor fundamental de la profundización del proyecto mas inclusivo de nuestra historia”.

Excelentes palabras, loables objetivos, pero difícilmente se pueda acceder a ellos sin una conducta adecuada y una política coherente.

El delfín entrerriano pasó por Gualeguay y, más allá de las lecturas políticas, no dejó nada positivo, solo dejó su contribución a nuestra conflictiva situación política local.

Mientras tanto, “los pibes” locales siguen esperando por su “unidos y organizados”.

Norman Robson para Gualeguay21

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