15 mayo, 2025 10:13 pm
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El porquemacrismo

En este crisol criollo de variantes que caracteriza nuestra realidad política, las propuestas están más ligadas a los intereses de cada lider que a cualquier corriente ideológica. Tan es así que muchas son bautizadas con personalismos referidos a ese líder, y otras, opositoras, agregándole un anti al ismo. Desde el Rosismo hasta el kirchnerismo, y sus antis, muchos son los ejemplos de este vicio tan arraigado entre nosotros. Pero en esta patética actualidad preelectoral de carencias argumentales, la mitomanía política ha inventado una nueva corriente vinculada a la culpa del otro: en este caso, el porquemacrismo.

De observar hoy cualquier discurso oficialista, sea nacional, provincial o local, o los esgrimidos por cualquier militante en un asado o en una ronda de mate, resulta evidente el recurso compulsivo y reiterativo de demonizar al expresidente Mauricio Macri sindicándolo como único responsable de todos los males que hoy sufren los argentinos, al punto de que es recurrido muchas más veces que la misma pandemia, verdadero origen de la profunda crisis que atraviesan la Argentina y el mundo.

A la hora de los argumentos electorales, tantas veces es repetido el apellido del ex mandatario que nadie puede evitar reconocer que ello obedece a una actitud intencional y no casual, aunque algunos, más moderados, buscan ser menos evidentes y se refieren al gobierno anterior o a los pasados cuatro años. De una u otra manera, desde el Presidente de la Nación hasta el último militante en campaña, pasando por gobernadores, legisladores, intendentes y dirigentes, todos recurren a la misma culpa como si estuvieran convencidos de que así lo es.

Pero la pregunta es si esa insistencia casi ridícula es una muestra de la desesperación ante su falta de argumentos, o si es parte de una estrategia llevada adelante sincrónicamente por todo un sector político. La propaganda no es un invento nuevo, sino que es una herramienta utilizada por la humanidad desde larga data, cuyas técnicas sí han evolucionado con el tiempo y las tecnologías. La mentira esgrimida antes en la plaza pública ante un grupo de gente, hoy vuela a la velocidad de la luz alcanzando en un instante a millones de almas. Pero la esencia sigue siendo la misma, y el “miente, miente, que algo quedará” sigue dando resultados, potenciado a través de los medios y haciendo de la mentira una irrefutable verdad.

Por lo tanto, este insistente demonización del otro que llamamos porquemacrismo, que reúne a fervientes políticos y militantes del oficialismo detrás de una culpa y no de un proyecto, puede no ser un acto genuino de desesperación, y ser, en realidad, una estrategia que engloba a todos los referentes con el objetivo común de instalar la idea de que Macri es el principal responsable de todo lo que ocurre desde que dejó su presidencia. Si bien su gestión no estuvo signada por los aciertos, lejos está de ser culpable de los desaciertos de esta gestión.

Ahora bien, no nos distraigamos, ya que del lado del cambio, también existe un incipiente porquealbertismo, lo mismo que el otro, pero más tibio, como todo lo de ese lado, que termina siendo ni chicha ni limonada, y pasa sin ser percibido.

Norman Robson para Gualeguay21