Empantanados en los humedales
Días pasados, en las redes sociales, gualeyos compartieron la suerte del sur de Entre Ríos por su muy rica y variada fauna y flora, y acordaron que si esto se supiera cuidar y preservar, conformaría un riquísimo atractivo turístico y, a la vez, un gran potencial económico para la región.
Cabe destacar que coincidieron en este improvisado foro actores turísticos, amantes de la naturaleza, vecinos, y hasta un inadaptado cazador furtivo que debió ser expulsado del grupo pero que desnudó la existencia de sectores nefastos dentro de nuestra sociedad.
Las inquietudes
En este foro, los participantes coincidieron en preguntarse dónde están las autoridades gubernamentales, ya que desde hace años éste debería ser un tema a atender por la gente de turismo, tanto a nivel público como privado.
Del mismo modo, reconocieron los participantes a lo largo de las publicaciones que ésta es una tierra sin ley donde cualquiera sale a matar cualquier cosa que se mueva, razón por la cual es necesario y urgente combatir y revertir la depredación y la ignorancia de la gente.
Por último, destacaron enfáticamente, y con gran acierto, que un ciervo, carpincho, yacaré, ñacariná, gato montés o aguará guazú vivo, por sí solo, es negocio de miles, mientras que muerto solo satisface a un par, y cerraron afirmando que ya es tiempo de pensar en el futuro.
Patrimonio
En este punto es preciso que destaquemos la enorme riqueza natural y cultural que tiene esta región, conocida como los humedales del sur entrerriano, no solo por su geografía, su fauna y su flora, sino, también, por sus lugares históricos y antropológicos.
Por eso, debemos recordar que en los rústicos paisajes costeros de nuestros campos bajos conviven una interminable variedad de aves, peces, anfibios y mamíferos, más varios solares histórico-culturales, que componen una valiosa materia prima para la explotación de la pesca con devolución, el avistaje de aves, la fotografía natural, las cabalgatas, el trekking, el canotaje, el off-road, y tantas otras actividades turísticas de gran demanda actual.
Como bonus track de toda esta riqueza patrimonial nuestra, potencialmente económica, solo falta agregar que estamos a solo dos horas de un tercio de la población del país con mayor poder adquisitivo, lo que nos dota de ventajas comparativas y competitivas inmejorables.
Desunidos y desorganizados
Ahora bien, los que nos gusta el tema, o vivimos de él, somos conscientes del potencial y reconocemos como auténtica, genuina y, definitivamente, acertada la inquietud ciudadana manifestada, pero debemos reconocer, también, que el solo clamor de un grupo de vecinos comprometidos termina siempre diluyéndose en las meras declamaciones, chocando contra el sistema, y cayendo en la típica inacción que tanto nos caracteriza.
Lo que sí no podemos dejar de rescatar, y es preciso exponer y reconocer, es la creciente existencia, muy dispersa, de actores conscientes, responsables y comprometidos con el tema, suficientes en cantidad para llevar a cabo hechos concretos pero cuyas acciones se diluyen en la nada por su propia dispersión.
Una reseña política
Por otro lado, desde lo político institucional, las entidades intermedias y el gobierno vienen desarrollando el tema responsablemente y de forma activa, habiendo puesto sobre la mesa un interesante abanico de aspectos importantes al desarrollo y preservación de nuestros humedales.
Pero como siempre, o al igual que en las bases, siempre condenados al mero discurso o al cajoneado proyecto, sin las acciones concretas, desnudando que las voluntades políticas, si no hay un acompañamiento cierto de la población, se pudren en los vericuetos burocráticos del estado.
Haciendo una reseña a vuelo de pájaro sobre lo que se ha hecho políticamente en la última década en cuanto a la preservación de la zona comprobamos que el tema ha sido, por lo menos, expuesto y tratado.
Así descubrimos que la provincia de Entre Ríos cuenta, desde el año 1995, con una Ley que crea el Sistema Provincial de Áreas Protegidas, mientras que las Leyes de Caza y de Pesca datan de 1970.
Descubrimos también que el 25 de setiembre de 2003 se celebraron en Paraná el Seminario Internacional sobre Humedales en América Latina y el Simposio Internacional de Ecoturismo y Humedales.
Que el 30 de septiembre de 2003 ambientalistas, académicos y científicos de toda Latinoamérica pidieron a las cámaras de Senadores de Entre Ríos y Santa Fe la rápida aprobación de las leyes de pesca.
Que el 1 de septiembre de 2005 se presentó en la legislatura provincial un proyecto de Ley impulsado por ecologistas solicitando que se declare área natural protegida a los Humedales.
Que el 21 de junio de 2006 el vicegobernador de la provincia, Pedro Guastavino, y entidades intermedias paranaenses comenzaron a delinear el proyecto de ley del Área Natural Protegida de los Humedales del Sur de Entre Ríos.
Que el 15 de diciembre de 2007 el Congreso de la Nación sancionó la Ley de Protección Ambiental de los Bosques Nativos estableciendo los parámetros para su ordenamiento territorial por parte de los gobiernos provinciales.
Que el 24 de abril de 2008 asociaciones ambientalistas reclamaron al gobierno provincial medidas que garanticen la preservación de los humedales del Delta del río Paraná presentando un proyecto de ley que contempla la creación de un parque nacional en esa área.
Que el 25 de junio de 2010 se realizaron en Victoria las jornadas sobre Desarrollo y Conservación del Delta bajo el lema Conservar los Humedales del Delta para la Gente con la participación de productores, habitantes, funcionarios, especialistas e instituciones intermedias impulsando el Plan Integral Estratégico para la Conservación y Uso Sostenible del Delta del Paraná.
Que el 31 de octubre de 2012 la Cámara de Senadores aprobó las modificaciones que introdujo la Cámara de Diputados de la provincia al Régimen de la Ley de Pesca 4892, por lo que el control de la pesca deportiva quedó bajo la órbita de los municipios y comunas.
Y que aún hoy se continúan estudiando las modificaciones a la Ley de Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo de Entre Ríos, y tantos otros proyectos de interés que por falta de motivación descansan en los despachos legislativos o ministeriales.
Definitivamente, algo hay hecho.
Conclusiones
Por lo tanto, es evidente que existe, más allá de nuestras satisfacciones, un cierto grado de consciencia sobre el tema tanto de parte del estado como de la comunidad, especialmente en los gobiernos e instituciones centrales de la provincia.
Del mismo modo, también descubrimos que en la capital provincial no solo está instalado el tema, sino que hay una mayor consciencia en la clase política y, también, en la comunidad, con acciones concretas a través de las instituciones intermedias logrando importantes avances en varios aspectos.
Ahora bien, en nuestro ámbito, al igual que en el resto del interior provincial, el tema parece postergado, a pesar de ser los más afectados y los que día a día asistimos a la degradación del medio y a la pérdida de oportunidades.
¿Cómo salir del pantano?
Vistas las experiencias en la provincia y, en particular, en la capital provincial, el camino podría ser a través de la vía institucional, lo cual quiere decir que los actores y vecinos deberíamos acercarnos a las entidades, consolidar posiciones, aunar fuerzas con instituciones de Paraná y accionar en bloque sobre los gobiernos locales y sobre los legisladores.
A través de lo expuesto hemos comprobado que desde lo institucional hay varias herramientas de las cuales servirse para imponer la ley e impulsar proyectos y acciones tendientes a lograr la preservación y sustentable explotación de nuestros humedales.
Esta es una vía, puede haber otras, o podemos seguir en las declamaciones, pero lo que sí está claro, es que el futuro de nuestros humedales depende de lo que hagamos nosotros hoy.
Norman Robson para Gualeguay21