Frigorífico Municipal: Nueva gente y un futuro alentador

En abril pasado, cuando GuayMeat ya anunciaba que dejaría el frigorífico municipal de Gualeguay, un joven nicoleño manifestó su interés por la planta, pero los tiempos públicos postergaron las cosas. La fábrica cerró, tuvieron lugar los procesos, y, finalmente, un grupo liderado por ese joven se quedó con el frigorífico, pero la puesta en marcha tiene sus bemoles burocráticos. Así es que hoy están aprovechando ese tiempo muerto para poner a punto el edificio, mientras se preparan para encarar un más que ambicioso proyecto. Su idea es ampliar y diversificar el servicio de faena y extenderlo al ciclo siguiente, sumando puestos de trabajo y valor agregado.
El viejo matadero municipal llevaba casi seis meses cerrado hasta que semanas atrás volvió a la vida. Una empresa fue la mejor de dos oferentes y se quedó con la licitación. Asi fue que, al hacerse cargo, no solo había que lavarle la cara, sino que, también, le hacían falta algunas cirugías menores. En buena hora, ya que la tramitación federal, por la cual podrán llevar carne a otras provincias, va a llevar unas semanas más. La nueva empresa se llama Argentina Alimentos S.A., y la conforma un grupo de conocedores de la cadena de la carne reunidos detrás de un proyecto que va más allá de “faenar vacas y vender medias”.
Este ambicioso proyecto es liderado por él joven Maximiliano Bellesi, presidente de la firma, quien tiene previsto comenzar prestando el servicio de faena a terceros con tránsito federal. Para ello están acondicionando las distintas salas del proceso, faena y cuarteo, y las cámaras de frío. Según el propio Bellesi, la idea es preparar la planta para una faena, exclusiva de terceros, de entre 200 y 250 cabezas por jornada con casi 50 trabajadores, en su mayoría de la gestión anterior.
Para ello, Argentina Alimentos espera convocar no solo a los carniceros matarifes de esta ciudad, sino que apuestan a sumar faenadores de otras zonas, incluso de los mercados de destino de la hacienda local, dándoles un servicio distintivo cuya ecuación los seduzca a llevarse la hacienda faenada y no en pie.
Cabe destacar que, en la actualidad, la planta cuenta con una sala de faena y otra de cuarteo, todo apto para el tránsito federal, con una capacidad total estimada de entre 4400 y 5500 cabezas mensuales. Este volumen, luego de abastecer el mercado local, significa un importante sobrante de carne que podría ingresar faenada y cuarteada a otros mercados domésticos (otras provincias).
Ahora bien, lo más interesante de este proyecto no es la operación tradicional de esta planta como abasto de carne vacuna con hueso, sino que lo es el plan de inversiones del grupo, expuesto en detalle en la licitación, y especificado en el contrato firmado a 25 años. Un plan que incluye, por un lado, agregar una sala de despostada con cámaras para producto terminado, y, por el otro lado, una línea para porcinos y, tal vez, otra para ovinos.
Vale remarcar que extender el proceso industrial con una despostada significaría una respuesta oportuna a la tendencia existente en cuanto a la venta desagregada de cortes, la cual no solo facilitaría una mejor realización económica a ambos extremos de la cadena, sino que, también, aumentaría la mano de obra, sumaría valor agregado, y enriquecería la economía local.
Al mismo tiempo, siendo que en la zona de Gualeguay hay tres grandes “chancherías” (Las Flores, Pitón y Tierra Greda), criaderos porcinos de gran producción que envían sus productos fuera de la provincia, la posibilidad de convertir esa producción, o parte de ella, en carne, también beneficiaría a toda la cadena y a la ciudad. Por último, y de igual manera, la incipiente producción ovina, cuyo potencial comienza a ser reconocido, también podría tener una respuesta que facilite su despegue.
De concretarse todos estos planes, Gualeguay contaría con una importante planta de carnes, con bastante más de un centenar de trabajadores, y se constituiría en un importantísimo eslabón para las cadenas regionales de las carnes vacuna, porcina y ovina.
Más allá de estos sueños, y volviendo a la realidad actual, a fines de este mes la firma ya contará con todo el papeleo que los habilite a faenar, y la parte edilicia ya estará aceitada para ello. De ese modo, después de aquella última faena el 28 de mayo, se le restablecerán su trabajo a docenas de familias, y un servicio cómodo y efectivo a docenas de carniceros, a la vez que se restaurará el estándar de seguridad sanitaria que facilita una planta de esas características en la ciudad.
Sin dudas, la idea es muy buena, solo esperemos que la realidad acompañe.
Norman Robson para Gualeguay21