Gendarmería secuestró armas y carne a cazadores sin razón
En este país, cazar no es un delito, en la medida que se cumplan ciertos y determinados requisitos. Por lo tanto, los cazadores no son criminales. A pesar de eso, Gendarmería Nacional podría haber sabido de unos muchachos que habían ido a cazar y se los encontró volviendo hacia Gualeguay, con la veña de Recursos Naturales de la provincia. Al hacerlo, como correspondía, dio intervención a la fiscalía local, pero a la hora de proceder, desoyeron sus instrucciones e actuaron como quisieron, avasallando los derechos de estos cazadores.
Los muchachos consiguieron permiso para cazar unos ciervos en un campo, cargaron en el auto sus armas, todas absolutamente en regla, los reflectores, algo para picar, mucho abrigo, y partieron. La faena fue buena. Se cruzaron con un par de manadas y se trajeron tres piezas. En el viaje de regreso compartieron las recetas que aplicarían a cada trozo de carne. Milanesas, parrilla, estofado, etcétera. Así fue hasta que se encontraron con la Gendarmería Nacional a la altura del km 234 de la Ruta Nacional 12.
Como los cuatro jóvenes, de entre 18 y 27 años, todos vecinos de Gualeguay, tenían todo en regla, y sabían que no estaban violando ninguna ley, tranquilamente obedecieron las instrucciones de los gendarmes. De inmediato, los funcionarios se comunicaron con la fiscal de turno, Dra. Ana Paula Elal, para legitimar el operativo, y con la Dirección de Recursos Naturales y Fiscalización de la provincia, para seguir las normas del caso.
En esta oportunidad, las instrucciones de la Fiscal Elal fueron claras y explícitas: secuestrar solo la carne, las tres reses de ciervo, pero no las armas, las cuales contaban con la documentación legal correspondiente, y quienes las tenían en su poder contaban con las credenciales de legítimos usuarios vigentes, ni que se secuestrara el vehículo en que iban, el cual también estaba en regla.
A pesar de las instrucciones precisas de la autoridad judicial en estos casos, y de la tranquilidad de los retenidos, los funcionarios de Gendarmería Nacional las desoyeron y actuaron atendiendo, tal vez, las indicaciones de Recursos Naturales, quien para nada puede mandar más que la Justicia, y procedieron al secuestro de las armas y de las reses. Por fortuna, no así el auto. Tampoco entregaron copia alguna de las actas de secuestro, ni del acta de procedimiento.
A raíz de todo esto, las víctimas de este abuso de poder por parte de Gendarmería recurrieron al Dr. Javier Ronconi, quien los asiste en este tema. El abogado adelantó a este medio que, una vez que se hagan efectivas las actuaciones en la Fiscalía, sus clientes formularán una serie de planteos sobre el procedimiento. En ese sentido, entienden que hubo una colisión de derechos y un evidente apartamiento de las directivas de quien tiene a su cargo este proceso, a la vez que solicitarán, entre otras medidas, que se aporten copias de todo lo actuado en el caso.
Por último, cabe remarcar que las armas son legales y los muchachos son legítimos usuarios, mientras que no se encontraban en el periodo de veda dispuesto por ley provincial 4.841 y sus modificatorias, según lo cual la caza de esta plaga no autóctona puede realizarse desde el mes de mayo hasta el próximo 14 de agosto, a la vez que contaban con la autorización del dueño del campo donde habían cazado.
Más allá de todo ésto, vale destacar que no se ha podido conocer el destino de la carne decomisada, la cual debería haber sido incinerada.
Norman Robson para Gualeguay21