La campaña triguera fue la peor de los últimos 13 años
Según la Bolsa de Cereales cayó 41,7% el área sembrada y se estiman pérdidas por 270 millones de pesos. Hubo registros de lluvias de 600 milímetros en dos meses, cuando lo normal es 190 mm.
La zafra de trigo que finalizó hace escasas semanas dejó cifras que posicionan a la pasada campaña como la de menor producción en los últimos 13 años, según dio a conocer el Sistema de Información Agrícola de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos.
Los valores finales de la campaña son una superficie sembrada de 163.700 hectáreas, con un rendimiento promedio de 1.893 kilogramos por hectárea, logrando una producción de 298.950 toneladas en suelo entrerriano.
El análisis indica que el ciclo agrícola que finalizó se ubicó en el mínimo histórico, tomando como referencia área y producción; registrándose una caída del 41,7% en las hectáreas implantadas y del 68,5% en las toneladas logradas con respecto a lo acontecido el año pasado.
“La provincia de Entre Ríos hoy cuenta con tan sólo 298.950 toneladas de trigo y esto es el resultado de la combinación de dos factores: el económico y el climático. Por un lado, el precio que efectivamente recibe el productor no lo incentivó a la siembra, aunado a los problemas de comercialización que se han instalado en las últimas tres campañas”, indica el informe.
“Por otra parte se produjeron precipitaciones muy superiores a los valores históricos al momento de definición de rendimiento del cereal, que impactaron negativamente, ocasionando severas pérdidas por efecto de enfermedades (fundamentalmente Fusarium) y heladas tardías hacia fines de setiembre que causaron vaneo de las espigas” precisa luego el mismo informe.
En lo referente al clima, el Siber sostiene “que es importante destacar el número y las cuantías de las precipitaciones acontecidas entre los meses de setiembre y octubre, que coincidió con la fecha de floración del cereal, lo cual generó un ambiente muy propicio para el ataque de enfermedades”.
Analizando los datos que brinda el Servicio Meteorológico Nacional se puede calcular que la lluvia total esperada en estos dos meses se ubica en un valor cercano a los 190 milímetros dentro de la geografía entrerriana; no obstante, el promedio en la provincia se situó en 400 milímetros, o sea un incremento del 110% con respecto al valor histórico.
Más allá de las variaciones, la mayor parte del área provincial tuvo un rango de lluvias entre los 300 y 500 milímetros , con máximos cercanos a los 600 milímetros, principalmente en el sector noreste, se señala.
Otro dato importante es el número de días con precipitaciones en la región entre setiembre y octubre. De los 62 días que abarca el período de referencia se contabilizaron 32 días con lluvias, siendo el promedio general de 12,6 milímetros y un valor acumulado de 405 milímetros.
“Este hecho generó un ambiente favorable para la aparición de enfermedades fúngicas, fundamentalmente fusariosis de la espiga, que produjo significativas mermas en el rendimiento; con la complicación adicional de que por la falta de piso en los lotes se tornó prácticamente imposible realizar los tratamientos correspondientes en tiempo y forma”, señaló el escrito de la Bolsa.
Estimación de pérdidas
En virtud a las importantes mermas en los parámetros productivos del trigo en el presente ciclo agrícola, el sistema de la Bolsa de Cereales hizo una estimación de pérdida en los ingresos causada por la disminución de la productividad.
Para la realización de dichos cálculos se tomó en cuenta la superficie sembrada, el rendimiento y la producción de los distintos departamentos, agrupados en cuatro zonas.
Para la determinación de la pérdida de rendimiento por departamento se tomaron los datos de la presente campaña y se los comparó con el promedio de las últimas cinco campañas.
Para el cálculo económico se tomaron en cuenta dos opciones de precios. Por un lado el FAS teórico publicado por el Ministerio de Agricultura de la Nación al 10 de enero de este año; y por otro, el promedio del precio de mercado en la provincia.
La Bolsa aclaró que todos los números resultantes de los cálculos realizados son promedios, lo que significa que seguramente hay productores que perdieron más que el promedio y otros menos.
Las pérdidas totales en la provincia de Entre Ríos totalizan aproximadamente 209.087 toneladas de trigo.
Si a este tonelaje se le adjudica el valor FAS Teórico del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que para el 10 de enero era 1.305 pesos por tonelada, las pérdidas en los ingresos alcanza la suma de 272.857.230 pesos.
Si al mismo tonelaje se le adjudica el precio promedio del Valor real de Mercado en la provincia, que ronda los 1.000 pesos, las pérdidas en los ingresos alcanzan los 209.086.000 pesos.
“De una u otra forma se puede concluir que por razones de índole económica que no incentivaron la siembra de mayor superficie de trigo, y climáticas que ocasionaron importantes pérdidas en los rendimientos, la provincia de Entre Ríos ha perdido en la Campaña 2012/13 una suma que supera los 200.000.000 de pesos”, concluye el informe de la Bolsa de Cereales.
Sin embargo, algunos analistas entienden que las condiciones económicas que desalentaron el cultivo finalmente evitaron mayores pérdidas, dado que las condiciones climáticas hubieran igualmente arruinado las perspectivas de una mayor área sembrada.
Parámetros de la calidad comercial del grano
En cuanto a la calidad del cereal cosechado, en base a muestras que analizó la Cámara Arbitral de Entre Ríos desde el 1 de noviembre al 4 de enero de este año, se determinaron parámetros claramente desfavorables
El 22,6% de las muestras no llegó al peso hectolítrico mínimo, es decir que quedó fuera de los estándares de comercialización con el correspondiente descuento en el precio.
Para el grado 3, cuyo peso hectolítrico igual o superior a 73 e inferior a 76, se ubicó el 26,63%. En el grado 2 (peso hectolítrico superior a 76 e inferior a 79) el 33,27%; y para la categoría de grado 1 (peso hectolítrico superior a 79) tan solo fue el 17,5%.
Respecto de los granos dañados, el resultado también fue negativo. Para el grado 1 que requiere un máximo de 1% de granos totales dañados se determinó que servían únicamente el 5,18% de las muestras.
Para el grado 2, que tiene un máximo de hasta 2% de granos totales dañados, se determinó el 16% de las muestras. En el grado 3, que tolera hasta el 3% de granos totales dañados, el 19,44 %; por lo que el 59,38% de las muestras quedó fuera de las bases de comercialización.
Para el grado 1, que recibe bonificaciones a la hora de la comercialización, tan solo se determinó el 0,72% de las muestras. En el grado 2, que no posee bonificaciones ni rebajas, se determinó el 10,85% de las muestras. Y en el grado 3, que sufre rebajas, el 22,40% de los casos.
Por lo tanto, el 66,03% de las muestras quedó fuera de los estándares de comercialización.
UNO