15 septiembre, 2024 7:39 pm
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Las emociones en los negocios III


Con la inteligencia emocional se puede, luego de reconocer las emociones, aprender a gestionarlas. “Esto es encontrar herramientas que nos ayuden a manejar una situación que nos está sobrepasando y que eso que estamos sintiendo no nos termine atrapando y haciéndonos pasar un mal momento.

Las herramientas son bastante sencillas y tienen que ver con las cosas que tenemos en nuestro cuerpo a disposición: una de las más fáciles de implementar es respirar. No se trata de hacerlo como todo el tiempo, sino de una manera consciente y profunda, haciendo que esa respiración conecte nuevamente nuestra parte emocional del cerebro con la parte racional” dijo Karina Szok.
A la vez agregó que “así también en situaciones en las que estoy contenta porque me pasó algo buenísimo, no puedo reaccionar como si estuviera en la cancha porque estoy en un contexto de trabajo. Gestionar estas emociones y saber cómo resolver estas situaciones en el ámbito laboral, es lo que nos permite trabajar nuestra inteligencia emocional”.
Otras acciones para aplicar en una situación conflictiva pueden ser detenerse y sugerir dejar la conversación para otro momento; pensar en otra cosa para volver al equilibrio, preferentemente en un ambiente relajante y placentero; o contar seis cosas distintas, como por ejemplo colores, países o plantas.
Un aspecto positivo de la Inteligencia Emocional tiene que ver con que es aprendida y continúa desarrollándose a medida que se avanza en la vida y se aprende de las experiencias. En este sentido, los seres humanos podemos adquirir habilidades sociales, asociadas a los comportamientos emocionales o conductuales que se manifiestan en las relaciones interpersonales. Son culturales y dependen de cada contexto. Karina Szok explica que “Las habilidades sociales permiten vincularnos con los otros, crear nuevos vínculos, reforzar los existentes, disfrutar y compartir el afecto. Igualmente, permiten manifestar necesidades y resolver conflictos: pedir lo que uno desea, poder decir que no, expresar opiniones, defender los derechos, pedir que el otro cambie su conducta, enfrentar críticas y hostilidad”.
Prensa UNL

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