14 febrero, 2025 12:13 pm
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Punto ciego


Según se pudo leer en las redes sociales, lo cual fue reproducido por el semanario El Día, una noche de la semana pasada, gurises que salían de su entrenamiento de básquet debieron volver corriendo y atemorizados a guarecerse dentro del club por el ataque de una banda de gurises.

Alertados los profesores y padres que se encontraban dentro, salieron a la calle y se encontraron con un grupo de gurises y gurisas, algunos con navaja o sevillana, comandados por una jovencita de cabeza rapada.
Al percatarse de la presencia de los mayores, la cabecilla ordenó inmediatamente la retirada, y el grupo, que no llega a la decena de gurises de aproximadamente 13 y 14 años, se replegó rápidamente en dirección a su guarida.
Quienes relatan este hecho, no solo se quejan del accionar de esta pandilla de vándalos y vándalas, sino que también resaltan la inacción de la policía que conoce perfectamente la existencia de esta banda.
Por último, las publicaciones al respecto cuestionan a los padres y madres de estos gurises, sindicándolos como únicos responsables del accionar cuasi delictivo de esta pandilla, e insinúan la necesidad de encausarlos como solución final al problema.
Ahora bien, sobre este relato, sobre el cual no nos caben dudas de su veracidad, debemos reconocer que no existe denuncia alguna, lo que debilita la reacción del ya frágil sistema que, al no tener conocimiento oficial, no toma cartas en el asunto, al igual que en tantos otros casos.
Igualmente, de judicializarse el caso, todas las partes esgrimirían variadas excusas fundamentadas en la edad de los involucrados, en la legislación vigente y, en definitiva, en la falta de infraestructura para la contención de estos casos.
¿Cómo se resuelve?
Es sencillo, deslindando la responsabilidad exclusivamente en los padres.
Padres que no pueden contener a estos gurises por un sinfín de cuestiones que los trascienden y que están condenados a verlos caer en picada ante su impotencia y la indiferencia del sistema.
Padres, hijos, familias que entran en crisis dentro de un punto ciego del sistema, del Estado.
Un punto ciego de la sociedad y de la justicia, que nadie quiere ver.
Norman Robson para Gualeguay21

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