Reclutar a la humanidad
Francisco no tiene jurisdicción; asumido por todos como párroco del mundo, no es el Papa de todos los Estados, sino el que establece un vínculo fecundo con todos ellos. Es el Papa del Vaticano y para los católicos, pero tiene una proyección global. Es posible darle a la humanidad momentos ejemplares en un liderazgo paradigmático que nos permitan cambios. (…)
Podríamos decir que los atributos de Francisco como líder incluyen su “argentinidad” y su experiencia. Desde ese lugar, importa su identidad, y como país, nos genera una situación de privilegio y de orgullo, pero también más exigencias, no menos.
Deberíamos estar a la altura de las circunstancias si tenemos a un referente de ese nivel, no para obedecer sus indicaciones, sino para ser una sociedad con más dialogo, con más tolerancia, menos crispada, menos enloquecida, menos caótica. Con eso alcanza. Una mayor empatía con esa visión de un líder para la sociedad, que no tiene como agenda manejar el mundo, pero ocupa un lugar de referencia global, sería un buen punto de partida.
Recordarnos que no fue elegido por ser argentino; para ser más claros, hasta podríamos decir que a pesar de serlo, ante la evidencia de una sociedad que no cumple ni vive como él nos enseña.
Rabino Sergio Bergman