Resoluciones judiciales devuelven FEERSA a las familias Veronessi
El miércoles de la semana pasada, el Poder Judicial de la Nación declaró la conclusión por avenimiento y pago total de la quiebra de la empresa FEERSA en favor de sus accionistas originales al haber cancelado éstos el total de los pasivos. De ese modo, se ven frustradas las pretensiones de la Cooperativa de trabajo local de reactivar la planta junto con una empresa dedicada al comercio de carnes vacunas. De ahora en más, el futuro de la empresa está en las exclusivas manos de sus accionistas, quienes deberán evaluar qué hacer con la desmantelada planta.
Según se puede apreciar en sus sendas resoluciones del pasado 15 de febrero, la Dra. Marta Graciela Cirulli, Juez Subrogante en la causa 21365 del año 2018, caratulada Frigorífico Equino Entre Ríos S.A. s/Quiebra, que tramita el Juzgado Comercial 10 del Poder Judicial de la Nación, las familias de Javier y Martín Veronessi recuperaron sus acciones y el control del frigorífico exportador de carne equina que diera trabajo a 120 empleados gualeyos.
Cabe recordar que esta situación surge a partir de una resolución del Juez de Familia de Gualeguaychú, el Dr. Héctor Vasallo, quien intervenía en el divorcio de Javier Veronesi y Corina Rivas. En la misma, como medida cautelar, el magistrado le quitó a Javier la administración de sus acciones del frigorífico FEERSA, y se la entregó al contador Luis Dalcol, colocado por los abogados de Rivas, quienes, casualmente, eran los mismos abogados de José Veronessi, desde siempre enemistado con sus hermanos.
De ese modo, las acciones administradas por Dalcol se unieron a las de José, quien pasó a tener una mayoría automática, mientras la minoría quedó en las manos de Martín Veronessi, Andrea Olaechea, ex de éste, y Juan Manuel Franchini.
Ahora bien, como quienes conocían el negocio eran Javier y Martín, y eran quienes habían puesto los avales bancarios para la operación comercial de la empresa, al ver que no podían manejarla, renunciaron. A partir de ese momento, Rafael Gómez, contador de José, asumió la presidencia de FEERSA y José la vice, pero su desconocimiento y la falta de avales llevaron la empresa rápidamente a su cierre, llevándose con ellos el trabajo de 120 trabajadores gualeyos. En esa debacle, en un intento fallido de rescatar la empresa, vendieron un campo, el bien inmueble de mayor valor que tenía la compañía, pero todo fue en vano, y las acciones, con el gerenciamiento, volvieron a las manos de Javier y Martín, cuando ya era demasiado tarde.
Al llegar todo esto a la Justicia, se dictaminó la quiebra y la discusión se centró sobre si la cesación de pagos había comenzado en la presidencia de Gómez, o en la de Javier, y, en primera instancia, y en última, los jueces fallaron que ésta se había iniciado en la gestión del primero. Resuelto ésto, las familias de Javier y Martín pudieron iniciar las negociaciones con los acreedores para poder levantar la quiebra de la empresa. Así fue que, a fines del año pasado, ellas abonaron las deudas a la mitad de los trabajadores, a aquellos que aceptaron los convenios de “advenimiento”, mientras que la otra mitad, los agrupados en la cooperativa, nunca quisieron acordar.
De este modo, en septiembre y noviembre del año pasado, y en enero de este 2023, las familias de Javier y Martín realizaron sendos depósitos que sobraron para cubrir el pasivo de la quiebra. Frente a todo esto, al retomar sus actividades, la Justicia corroboró la situación y procedió dictando dos sentencias el miércoles de la semana pasada: Una sobre el proceso principal, donde concluyó la quiebra por advenimiento y pago total, y otra por la cual dio por tierra con el proyecto de la Cooperativa de trabajadores de darle la planta a un tercero.
Cabe remarcar que la Cooperativa tenía la tenencia precaria del bien inmueble, y se la ofreció en alquiler a una empresa. Si bien esta aceptó, nunca firmó el contrato, ni acompañó los avales y los seguros correspondientes, ni tuvo sentencia a favor sobre la continuidad de la explotación, y, como la ley exige que haya continuidad de la explotación, a pesar del empeño de los cooperativistas, nada de esto prosperó.
De este modo, después de aquella desafortunada medida del Dr. Vasallo sobre las acciones de un cónyuge en el marco de un divorcio, y de las consecuencias nefastas de esa decisión, por la cual quedaron en la calle 120 trabajadores, hoy todo estaría en condiciones para que las familias de Javier y Martín Veronessi dispongan el destino de las ruinas de aquella pujante empresa.
Norman Robson para Gualeguay21