Advierten sobre el impacto social de la crisis del campo
La renta extraordinaria del campo generada por la devaluación de Jorge Remes Lenicov, el primer ministro de Economía del presidente Eduardo Duhalde, en enero de 2002, que llevó bonanza a los productores agropecuarios y fue central para el crecimiento del país en los años posteriores, ya es cosa del pasado.

Hoy, aunque a muchos les cueste creerlo –y otros no quieran admitirlo–, la situación es completamente diferente y los números de los productores agropecuarios del país, y, sobre todo, de Entre Ríos están en rojo.
Es que el cóctel de alta presión fiscal, costos en constante aumento producto de la sostenida inflación, caída de los precios internacionales y trabas a la comercialización, entre otros factores, han puesto en jaque a numerosos productores agropecuarios.
La cúpula de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, encabezada por el presidente Federico Solari y el vicepresidente Oscar Montero, ante este escenario cada vez más complicado, salió a alertar sobre el creciente endeudamiento de los productores. Pero también de las cooperativas y acopios –habituales y, tal vez, únicos financistas de la producción agropecuaria en la provincia–, que enfrentan una situación económica y financiera difícil.
Este endeudamiento –que recuerda al vivido durante los 90, generado por la nefasta convertibilidad de aquellos años neoliberales– complica, además, la financiación de la próxima campaña de granos finos, básicamente del trigo.
Los directivos de la Bolsa entrerriana, más allá de los números, hicieron foco anoche, durante una conferencia de prensa realizada en la sede de la entidad, en el impacto social de la crisis derivada de la falta de rentabilidad.
Pidieron, sí, como lo hace el resto del sector, la eliminación de las retenciones, la liberalización de los mercados de granos –trigo y maíz, fundamentalmente–, líneas de financiamiento y una política de largo aliento que motorice la producción agropecuaria. Pero, esencialmente, advirtieron que las ciudades y pueblos cuya base económica es el campo –la mayoría en Entre Ríos–, pueden tener problemas en el corto plazo. La crisis, en definitiva, se puede extender y golpear también a comerciantes, talleristas, pequeños industriales y, sobre todo, a los trabajadores, porque, se sabe, el hilo se corta, siempre, por lo más delgado.
Los directivos de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, obviamente, hablaron de la agricultura, pero otras producciones transitan el mismo camino, especialmente las economías regionales; en nuestra provincia, la citricultura es un buen ejemplo.
Propuestas. La crisis del sector agropecuario “es profunda y con el paso del tiempo se está agravando”, dijo Solari, al tiempo que se quejó por la falta de respuestas del Gobierno. En Entre Ríos, explicó, el panorama es más complicado que en la zona núcleo porque los costos son los mismos pero los rendimientos son sustancialmente menores.
Para comenzar a revertir esa crisis, Solari propuso concretamente la eliminación de las retenciones al trigo y al maíz –hoy las exportaciones están cerradas y, por tanto, no inciden en la recaudación–, la disminución de las retenciones a la soja y volver al sistema comercial vigente hasta 2006, es decir eliminar los ROEs (permisos de exportación), acaso el problema que hoy por hoy más molesta a los productores. Estas medidas, a juicio de Solari, debieran complementarse con otras orientadas a la disminución de la presión fiscal.
El presidente de la Bolsa, sin embargo, no cree que estos reclamos sean considerados por la actual administración. Las fichas están puestas en el próximo gobierno.
Deuda. Montero, por su parte, dio algunos números para entender cuál es la verdadera situación del sector. Para sembrar los cuatro cultivos principales (trigo, maíz, soja y sorgo) los productores entrerrianos invirtieron casi 11.000 millones de pesos; de ese importe total, según una encuesta efectuada por la Bolsa entre acopios, cooperativas y empresas proveedoras de insumos, “calculamos que hay 4.000 millones de pesos que vienen atrasados, de campañas anteriores”, remarcó.
La crisis sobre la que la Bolsa llama la atención de la ciudadanía en general y de la dirigencia política en particular es que los productores y la cadena –las empresas que los financian– se encuentran en una situación delicada, muy delicada. “Si no hay una solución acorde que devuelva la rentabilidad a la agricultura, con semejante inversión y los sucesivos años sin rentabilidad, la mochila de las deudas será más grande, será enorme”, subrayó Montero.
Y avisó: “No sólo los productores corren riesgos, algunas empresas pueden correr riesgos, algunos puestos de trabajo pueden correr riesgos, y el impacto económico negativo en la economía puede ser importante”.
La Bolsa, en síntesis, reclama medidas urgentes para que los productores, que hoy están en jaque, no terminen en jaque mate.
El Diario