En casa de artista, pincel de palo
En la cuna de Cesáreo, en la Capital Provincial de la Cultura, donde las Artes Visuales son una alternativa, donde el arte da pie a una cooperativa, donde abundan talleres porque creen que crear puede ser un oficio, parece que la participación es un quemo y merece desprecio. ¿O hay algo más?
Días pasados, en el marco del concurso para el lll° Salón Municipal de Artes Plásticas, convocado por la Dirección de Cultura local en la Casa Quirós, se conocieron los ganadores: un artista de Gualeguaychú se llevó el primer premio, dos de Paraná se alzaron con el segundo y el tercero, mientras las primeras dos menciones se fueron a Oro Verde y Concepción del Uruguay. La tercera mención, sí, quedó en Gualeguay para una artista gualeya, Lucila Hereñú.
“Y bueh, nadie es profeta en su tierra”, pensé.
Lucila es una señora que en su madurez se encontró con la pintura, inquietud que siempre había sentido latente y por la cual, ya grande, no dudó en animarse a desarrollar. Tampoco dudó para participar con su obra en este salón.
Ahora bien, más allá de los merecidos premios, y la supremacía de artistas “foráneos”, lo que sorprende, y para mal, es la convocatoria del concurso, ya el tercero consecutivo propuesto por la Municipalidad local.
En total, presentaron su trabajo sólo 20 artistas: 17 exponentes que trajeron sus obras desde Galarza, Lazo, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Oro Verde, Paraná y Nogoyá. Artistas que se enteraron de la convocatoria y, a pesar de las distancias, decidieron participar. Pero de Gualeguay, aparte de Lucila, sólo participaron otras dos artistas: Evangelina Pérez y María Florencia Reynoso.
Convengamos que, para ser artista plástico, y para participar en concursos, no hay que tener licencia ni nada que se le parezca, menos abonar onerosas sumas. Sólo hay que ser creativo y crear algo.
Una verdadera vergüenza. Sin excusas. ¿Y la verdadera multitud de artistas locales? ¿Artes Visuales? ¿Espacios? ¿Cooparte? ¿Los talleres? Todos brillaron por su ausencia. ¿Porqué? ¿Qué puede motivar a un artista a no participar? ¿Qué puede llevar a un directivo o formador a no incentivar a sus estudiantes o aprendices a participar?
Bueno, una recorrida por ese gremio creativo arroja que, según parece, las razones no pasarían por cuestiones artísticas, sino por diferencias políticas y recelos profesionales, todas apuntando contra la gestión municipal.
O sea… ¿la corpo cultural de la Capital de la Cultura boicotearía un evento de estas características solo porque está en contra de Cambiemos, porque no le gusta el Director de Cultura, o porque quiere un icono cultural local en el cargo?
De ser esto cierto, sería sencillamente imperdonable, totalmente vergonzoso. Definitivamente, poner mezquindades por sobre el arte no habla bien de la Capital de la Cultura, ni de sus referentes.
Esperemos que nuestras futuras generaciones no hereden nuestras miserias y puedan hacer de Gualeguay una digna Capital de la Cultura, pues argumentos le sobran.
Norman Robson para Gualeguay21