No es cuestión de barbijos
La noche gualeya fue testigo: La marcha en contra de los olores no estuvo a la altura de las expectativas. ¿No será tiempo de probar un cambio en la estrategia y ver si así cambian los resultados, en lugar de echarle la culpa a los gualeyos?
¿Será que son tan arrastrados los gualeyos que no acompañan las marchas? ¿O será que NO se identifican con las consignas de las marchas? ¿No será que están cansados de estar en contra de tales y cuales y quieren estar a favor del progreso sin que eso les cague la vida?
Llevamos veinte años rasgándonos las vestiduras y victimizándonos por una situación que nunca pudimos sostener en la justicia. Veinte años sin siquiera conocer la realidad de los que denunciamos, sin escucharlos, sin atender otras ideas. Veinte años del más acérrimo fundamentalismo ambientalista, tan extremo como inútil.
La imagen de las luminarias y las cámaras sobre los ambientalistas del Foro local puede sintetizar la razón de nuestras frustraciones como pueblo. Es que la escenografía solo convoca a las estrellas, no al pueblo. A éste le importan solo las soluciones concretas y sustentables a su vida, pero de eso sigue habiendo poco.
La cartelería y el discurso de anoche dieron cuenta de un enfrentamiento con el cual está claro que el pueblo ya no comulga. Mientras los ambientalistas están violentamente en contra de las empresas y el Estado, la gente prefiere estar a favor de soluciones pacíficas pero sustentables que mejoren la convivencia de ellos con las empresas y el Estado.
Por lo tanto, si los que llevan veinte años reclamando quieren una solución a los olores que sufrimos en Gualeguay, algo de lo que me permito dudar, capaz que podrían plantearse, de una vez por todas, algunas autocríticas y dar un golpe de timón a su gestión de lamentos dotándola de un poco de eficiencia.
En las sociedades modernas, la convivencia y el progreso se sostienen en el diálogo honesto y sincero entre sus partes, las cuales, de modo maduro, acuerdan soluciones que les permitan seguir conviviendo y desarrollándose en paz. O sea, fundan su progreso en el diálogo y la convivencia.
De aplicarse algo de esto en la agenda ambiental local, no dudo de que la ciudadanía gualeya acompañaría masivamente al Foro y al séquito de instituciones que lo acompañan, y, seguramente, lograríamos mejorar nuestra calidad de vida.
Por último, debemos celebrar que pueden haber dado ya un paso en este sentido, ya que tanto el propio Foro como la Sociedad Rural local se unieron anoche en contra de la contaminación, lo cual no es poca cosa.
En definitiva, los barbijos no serán nunca la solución, solo el trabajo serio lo será.
Norman Robson para Gualeguay21