No le tiren al mensajero
Cuando ocurre una tragedia, como es natural, la comunidad se convulsiona y quiere saber que pasó. Lamentablemente, las redes hoy son las primeras en difundir el hecho de forma distorsiva, mientras que los medios lo comunican de forma responsable.
En este sentido, los gualeyos recordamos lo ocurrido mientras se la buscaba a Micaela, y lo repetido después cuando el caso Benvenuto. En esos casos, solo los medios pudieron detener la mala información que circulaba en Facebook y Whatsapp con información responsable sobre lo que iba sucediendo.
Desafortunadamente, es un hecho que la inmediatez actual de las redes digitales, e incluso de los portales digitales de noticias, atenta contra los tiempos de la tragedia, especialmente los que demandan una familia en procesar lo ocurrido. Nadie duda de eso.
Desafortunadamente, es imposible controlar hoy la inescrupulosidad de las redes sociales, donde, de inmediato al hecho, la tragedia toma estado público y es tergiversada por impiadosos usuarios, en algunos casos con mucha malicia y morbosidad, indiferentes al daño que produce.
Como responsable de un medio digital, estoy bien consciente de todo esto y, en especial, del mal que puede llegar a ocasionar a un allegado a la víctima, pero, insisto, no tenemos recursos para evitar el alcance y proyección de las redes sociales.
Por lo tanto, de nuestro lado, como medio digital, solo podemos limitar, con el concepto de nuestro medio, la veracidad de los contenidos y neutralizar la propagación de falsas noticias.
O sea, en las tragedias de hoy, los tiempos son herejes, y no respetan duelos o dolores, menos lo hacen las redes sociales, las cuales, sin siquiera reservarse los nombres, mucho menos los detalles, potencian una difusión engañosa o exagerada de la tragedia.
Frente a esto, alguien debe salir a dar la noticia verdadera, sin exageraciones morbosas de ningún tipo, y detener el chisme. Ese alguien es el medio digital, el cual, con rigor profesional, en tiempo y forma, debe publicar la verdad sobre lo ocurrido.
Cómo procedemos ante la tragedia
Por parte de Gualeguay21, si bien no hay normas establecidas al respecto, enterados de la tragedia procedemos a recabar la información de las fuentes oficiales y a monitorear la información en las redes sociales.
De este modo, en las primeras horas, publicamos la noticia de forma escueta, sin detalles innecesarios, y, por supuesto, sin mencionar las identidades, mientras que, pasadas las horas (8/10), cuando el hecho ya alcanzó el estado público, solo si es necesario, ampliamos la información.
De este modo, apegándonos a este estricto protocolo, evitamos afectar innecesariamente a nadie y neutralizamos la propagación de las falsas noticias que sí afectan a los allegados.
Ser el mensajero no es una tarea linda y simpática, nunca lo fue ni lo es para nadie, pero, para quienes lo hacemos con responsabilidad, es una tarea que es parte de nuestro deber, el cual cumplimos con digna responsabilidad.
Norman Robson para Gualeguay21